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Los pensadores profundos parecen ir a contracorriente de la sociedad moderna. A veces se les considera distantes, raros, torpes... alguien que no está en sintonía con el mundo.
Como prefieren pensar por sí mismos, suelen tener ideas y creaciones únicas.
Probablemente haya conocido a algunos pensadores profundos en su vida o quizá usted mismo sea uno de ellos.
En este artículo te ayudaré a identificar los rasgos de los pensadores profundos y a entender por qué son como son:
1) Son introvertidos
Los pensadores profundos pasan mucho tiempo en sus cabezas dándole vueltas a sus pensamientos que, aunque estén contigo, probablemente no hagan mucho.
No lo tomes como que te ignoran o que no les gusta tu presencia.
Una parte de ser un pensador profundo es que prefieren tener el espacio y la energía para procesar sus pensamientos y eso a menudo puede significar que demasiada estimulación social les abruma y estresa.
Ergo, introversión.
Por otro lado, ser introvertido significa tener mucho tiempo en el que no tienes a nadie más que a ti mismo y a tu cabeza.
Por lo tanto, no debe sorprender que los introvertidos tiendan a ser pensadores profundos, y viceversa. Hay mucha coincidencia entre ambos.
2) Crean sus propias opiniones
No se tome esto como que los pensadores profundos siempre van a ir en contra de la opinión mayoritaria porque sí. A eso se le llama ser contrarian y no se trata de eso.
Por el contrario, los pensadores profundos simplemente no dicen o piensan de una determinada manera porque otro lo dijo.
Tanto si su opinión coincide con la de los demás como si no, un pensador profundo puede explicarla sin tener que decir "¡porque alguien dijo esto!" cuando se le pregunta.
Los pensadores profundos elaboran sus propias opiniones a partir de las cosas que han descubierto y basándose en su propio conocimiento, sabiduría e intuición.
3) Tienen sed de información
Todos lo sabemos: los pensadores profundos tienen una gran sed de conocimiento y un afán por mantenerse informados.
Mientras que para otros la lectura es aburrida y tediosa, los pensadores profundos sólo encuentran placer en ella. Cuanta más información asimilan y procesan, más colorido se vuelve su paisaje mental.
A menudo están pegados a libros y periódicos, manteniéndose al día o simplemente sumergiéndose en el mundo de otra persona.
En su tiempo libre, espere que escuchen podcasts, vean las noticias, lean libros, vean documentales, escuchen debates y hablen con otras personas que tienen muchas cosas que compartir.
4) Se toman su tiempo
Si le das a alguien que no es un pensador profundo una novela con muchas palabras gruesas y un ritmo muy lento, lo más probable es que tire el libro por la ventana a mitad de camino y diga que es aburrido o demasiado lento.
Si acaban leyéndolo, probablemente lo hojearán.
Si le das la misma novela a un pensador profundo, cogerá un diccionario y se sentará a leer el libro durante horas hasta que lo termine, mientras se fija en todos los pequeños detalles que los demás han pasado por alto.
Los pensadores profundos ya están acostumbrados a hacer las cosas "despacio y con calma" en su cabeza, y esa actitud se extiende a la forma en que tratan el mundo que les rodea.
De hecho, la impaciencia es la antítesis misma de ser un pensador profundo.
Si eres impaciente, no te vas a tomar la molestia de procesar tus pensamientos tan profundamente. Es poco probable que llegues a captar algo más que una comprensión superficial de las cosas, estarías demasiado ocupado apresurándote.
No te sorprendas demasiado si se obsesionan con algo que tú consideras mundano durante semanas y meses, porque son así: muy curiosos y obsesivos, y se toman su maldito tiempo.
5) Se dan cuenta de cosas en las que la mayoría de la gente no se fija
Ya hemos dicho que los pensadores profundos son pacientes y se toman las cosas con calma y tranquilidad, por lo que captan cosas que a otros se les pasan por alto.
Se dan cuenta de los pequeños detalles y las pistas sutiles que otras personas simplemente no captan, como que ese amigo que le gusta a todo el mundo parece sonreír demasiado y reír demasiado alto.
Saben leer entre líneas y captar los matices con más facilidad, por lo que suele ser buena idea escuchar lo que tienen que decir.
6) Son minuciosos
Un pensador profundo no se conforma con una visión general y resumida.
Por el contrario, estudian el tema exhaustivamente, recopilan toda la información que pueden y se toman su tiempo para analizarlo desde todos los ángulos posibles antes de llegar a una conclusión y formarse una opinión o emitir un juicio.
Como resultado, acaban tardando un poco, y esto puede frustrar a la gente que quiere que den su opinión ya.
Sin embargo, significa que cuando un pensador profundo toma una decisión, está seguro de sus opiniones y no se deja influir fácilmente por los demás.
7) Son bastante olvidadizos
Esto puede parecer contradictorio, ya que hemos establecido que los pensadores profundos son observadores y minuciosos.
Pero si se piensa en ello, tiene mucho sentido: una persona sólo puede asimilar y retener una cantidad limitada de información a la vez, y un pensador profundo estará tan ocupado dándole vueltas a ciertas cosas que la información que no sea directamente relevante para lo que está pensando acabará descartada y olvidada.
Estarán tan absortos pensando que se olvidarán de comer o que tenían cita con el médico dentro de una hora.
8) Les gusta planificar
Aunque al final no sirva para nada, a los pensadores profundos les gusta planificar.
Pueden estar haciendo hojas de ruta para un proyecto que llevan tiempo pensando o simplemente organizando cómo quieren que sea su año.
Estos planes también tienden a ser algo meticulosos, casi en exceso.
Sin embargo, dado que los pensadores profundos tienden a ser olvidadizos y algo desordenados, sus planes pueden desbaratarse o simplemente perderse a menos que sean especialmente cuidadosos.
9) Toman muchas notas
Ya sea para hacer frente a su falta de memoria o para organizar sus ideas, los pensadores profundos acaban tomando muchas notas.
Suelen llevar un cuaderno o un teléfono a todas partes y no paran de cogerlos y escribir cosas en ellos.
Si echas un vistazo a su ordenador -no es que debas husmear-, probablemente verás un montón de post-its, hojas de cálculo, documentos y notas guardadas en todo tipo de lugares.
Sus mentes son tan activas que tienen que volcar sus ideas y visiones en algún sitio.
10) Son empollones
Los pensadores profundos siempre están en busca de cosas nuevas que comprender y analizar, y como resultado acaban sabiendo bastante sobre todo tipo de temas, ya sean científicos, lingüísticos, históricos, literarios... ¡lo que sea, es probable que sepan algo sobre ello!
Quieren saber por qué las cosas se hacen de una determinada manera, o qué es lo que mueve a la gente, y a veces pueden sentirse un poco incómodos al respecto.
Son curiosos por naturaleza y acaban siendo llamados empollones por ello.
11) No les gustan las conversaciones triviales
Aunque los pensadores profundos suelen ser pacientes, se aburren rápidamente de las conversaciones sin sustancia real, es decir, de las charlas triviales. Necesitan poder extraer algo interesante de la conversación, algo que estimule su mente.
Así, cuando no reciben nada absolutamente interesante al sintonizar, sienten que se les está haciendo perder el tiempo y no querrán otra cosa que salir de allí y buscar algo que realmente merezca la pena.
Para ellos, ¿por qué sentarse a hablar del tiempo o del color de las uñas cuando en su lugar se puede hablar de que los pájaros son en realidad dinosaurios o comentar en profundidad las últimas noticias?
12) Son socialmente torpes
A veces, saber demasiado y preocuparse poco por una conversación que no aporta información o ideas nuevas dificulta la relación con los demás.
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Si a eso le añadimos la aversión a seguir al rebaño, podemos empezar a entender por qué los pensadores profundos no congenian con los demás.
A la gente, en general, le gusta seguir las tendencias y estar al tanto de conversaciones que a los pensadores profundos no les suelen gustar.
Esto significa que, a pesar de darle muchas vueltas a las cosas, acaban teniendo dificultades para relacionarse con otras personas.
13) Les cuesta dormirse
Es muy difícil conciliar el sueño cuando el cerebro está a toda máquina. Por desgracia, los pensadores profundos suelen tener el cerebro a toda máquina casi todo el tiempo.
Puede que no padezcan insomnio per sé -pueden dormir bastante bien-, pero les cuesta lo suficiente conciliar el sueño como para que su horario de sueño se venga abajo fácilmente si no tienen cuidado.
Si tienen un libro o su teléfono cerca de la cama, podría ser peor porque entonces se levantarían y empezarían a leer sobre las cosas que les obsesionan.
14) Pueden ser un poco desordenados
No es raro que los pensadores profundos sean un poco más desordenados que otras personas.
Eso no quiere decir que los pensadores profundos no puedan ser ordenados o que sean desordenados a propósito, es sólo que con todo lo que pasa por su cabeza, a menudo terminan olvidándose de cosas de la vida como lavar los platos y poner las cosas donde deben estar.
A veces necesitan que se les recuerde de vez en cuando que existe un mundo fuera de sus cabezas.
15) Son (normalmente) silenciosos e invisibles
A un pensador profundo no le va a resultar fácil dar su opinión sobre algo si aún no lo ha decidido del todo.
Prefieren ser invisibles. Para ellos, es mejor no abrir la boca si lo que van a decir no es útil o sensato.
Ver también: "¿Me quiere mi mujer?" Estas son 31 señales de que no te quiereAdemás, las conversaciones se suceden demasiado rápido para que puedan seguirlas.
Por este motivo, los pensadores profundos se mostrarán callados y discretos la mayor parte del tiempo... al menos hasta que se les pregunte sobre algo de lo que saben mucho.
En cuanto saques un tema del que saben mucho, te van a hablar como si no hubiera un mañana.
16) Son más abiertos de mente que la mayoría de la gente
Esto podría parecer casi contradictorio con la forma en que los pensadores profundos se aferran a sus armas, pero no.
Los pensadores profundos mantienen sus conclusiones porque llegan a ellas después de haberlas meditado mucho, y otras personas a menudo simplemente no pueden aportarles nada que no hayan considerado ya o que no encuentren especialmente convincente.
Pero esa es la cuestión: siempre que puedas darles información suficiente para que reconsideren su postura, lo más probable es que puedas hacerles cambiar de opinión.
Aparte de eso, los pensadores profundos suelen estar abiertos a nuevas ideas y a cuestionar lo que todo el mundo ha aceptado como un hecho.
17) Tienden a pensar demasiado
Algunas personas establecen una línea divisoria entre los pensadores excesivos y los pensadores profundos y dicen que ambos son cosas totalmente distintas.
La realidad es que, aunque no todo el que piensa en exceso es un pensador profundo, los pensadores profundos a menudo se quedan tan atrapados en sus pensamientos que acaban pensando en exceso.
Algunos pensadores profundos aprenden a detenerse y a evitar que sus pensamientos se vuelvan locos, pero la mayoría acaban luchando contra ellos durante toda su vida. E incluso cuando creen que lo tienen "bajo control", es muy posible que en realidad no sea así.
18) Tienen sentimientos fuertes de la nada
Pensar mucho significa que los pensadores profundos a veces acaban encontrando ideas o recuerdos que les enfadan, les alegran, les entristecen o directamente les extasían.
Piense en Arquímedes teniendo una epifanía en su bañera y corriendo por las calles gritando "¡Eureka! ¡Eureka!".
Puede ser espeluznante ver a alguien sonreír o reír de repente cuando no se te ocurre nada que le haga reaccionar así.
Pero el pensador profundo no necesita esperar a que el mundo exterior le dé un motivo para reír o llorar. Sus propios pensamientos son suficientes.
19) Hablan solos
Les pasan muchas cosas por la cabeza, y a veces decirlo en voz alta les ayuda a procesarlo mejor. A veces no pueden evitarlo.
Pero si no sabes lo que está pasando puedes tener la tentación de llamarles locos.
Mientras que algunos se sienten lo bastante cómodos como para hablar solos con otras personas a su alrededor, la mayoría tiene tanto miedo de que los tachen de locos que sólo lo hacen cuando creen que están solos.
20) Sueñan mucho despiertos
Una mente activa va de la mano de una imaginación activa.
Alguien a quien le gusta pensar en profundidad disfruta fantaseando y soñando despierto sobre cosas que ha aprendido o está aprendiendo.
¿Y si los dinosaurios no se hubieran extinguido? (Alerta de spoiler: ¡no se han extinguido!) ¿Y si la Antártida estuviera en algún lugar más cálido? ¿Y si la gente se esforzara más por limpiar la contaminación de los océanos?
Sus mentes se volcarían en pensamientos como estos.
Deles las herramientas que necesitan y puede que acaben escribiendo un libro.
21) Son independientes
Debido a que los pensadores profundos tienden a ser introvertidos e incomprendidos, la mayoría de ellos aprenden pronto a confiar en sí mismos. Disfrutan pasando tiempo a solas y moviéndose a su propio ritmo.
Del mismo modo, no apreciarán y se sentirán incómodos cuando se les obligue a moverse más deprisa o más despacio de lo que les gustaría o cuando la gente se entrometa constantemente en sus vidas.
Ver también: 10 razones por las que puede que ya no te guste tu novioIncluso parecerán innecesariamente obtusos y testarudos si la gente es lo bastante enérgica con ellos.
Por eso, aunque a veces pueda parecer extraño e incluso frustrante interactuar con ellos, lo mejor es darles espacio y tiempo, ¡están en su derecho!
Y cuando deciden pasar su tiempo contigo, eso significa que ambos lo estáis pasando bien y no lo hacen sólo por culpabilidad. ¿Y no es así como debería ser?
22) Son sensibles
Si no piensas tan profundamente, puede resultarte fácil pasar por alto muchas pequeñas cosas, ya sea porque simplemente no te importan o porque no te diste cuenta de ellas en primer lugar.
Pero los pensadores profundos tienen un don para encontrar y aferrarse a estas pequeñas cosas.
Pueden llegar a ser casi psíquicos, ya que parecen predecir cómo se sienten los demás antes que nadie.
Olvídalo, se darán cuenta enseguida y se irán antes de que llegues muy lejos.
23) Prefieren la compañía de otros pensadores
Los pensadores profundos encontrarán la compañía de gente que no piensa mucho en las cosas un poco... cansina y carente de estímulos. Frustrante, incluso.
Por otra parte, otros pensadores estimularán sus mentes y pondrán un resorte en su paso.
A veces acaban discutiendo, sobre todo cuando dos pensadores llegan a conclusiones muy diferentes sobre una idea, pero tener a alguien con quien hablar que esté "a su nivel" les dará una gran alegría y es por esta razón y más por la que tienden a buscarse.
En conclusión
Si ha marcado aunque sólo sea la mitad de los puntos de esta lista, usted o su ser querido son auténticos pensadores profundos.
Podría ser una carga, sí. Por eso dicen que "la ignorancia es felicidad".
Pero conlleva muchas recompensas.
Nos permite experimentar y ver esta preciosa vida en este precioso planeta a nuestra manera, y ¿no es eso lo que hace que merezca la pena vivir?