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Todos conocemos a alguien que ilumina la habitación con su gracia.
Parece que se desenvuelven con elegancia, gusto y respeto por sí mismas, y eso se nota.
Quizá esa persona seas tú.
Éstas son las señales de que eres una mujer agraciada.
1) Eres consciente de tus palabras
Reconozcámoslo, hay muy pocas mujeres que describiríamos como agraciadas que digan palabrotas constantemente, así que ser consciente de tus palabras incluye el lenguaje que eliges utilizar en cualquier situación concreta.
Pero ser elegante con tus palabras es mucho más que decir palabrotas o no, es que pienses en el impacto de lo que dices.
Tienes aplomo e intención con tus palabras.
Una mujer elegante dice lo que quiere decir, pero quiere decir lo que dice, y eso requiere intención y atención no sólo en la elección de las palabras, sino también en la consideración de cómo pueden ser recibidas.
2) Mantén la cabeza alta
Mantienes la cabeza bien alta en todos los sentidos, tanto en el lenguaje corporal como en tu visión general de la vida.
Intentas ser positivo y buscar lo mejor en ti mismo, en los demás y en la vida.
Cuando entras en una habitación sabes que lo más importante es llevar una cálida sonrisa en la cara.
Llevas los hombros hacia atrás, mantienes la barbilla alta y utilizas el contacto visual para conectar con los demás.
3) Sabe leer la sala
Comprender a los demás es una de las habilidades más vitales de la vida.
¿Por qué?
Como explica Annie McKee, catedrática de la Universidad de Pensilvania, en la Harvard Business Review:
"Hay que entender a los demás: lo que quieren, lo que no quieren, sus miedos, esperanzas, sueños y motivaciones. Esto genera confianza. Y la confianza es fundamental para hacer las cosas".
Saber desenvolverse con la energía y el tono adecuados para cada ocasión es la razón por la que los demás te ven tan agradecido.
Ver también: ¿Quién es el alma gemela de Géminis? 5 signos del zodiaco con química intensaAl fin y al cabo, es probable que no te comportes igual en un evento elegante que en una noche de pizza con los amigos en casa.
4) Nunca te verán cogiendo una rabieta
Montar una escena es tan de última temporada. Por eso tener gracia implica cierta contención.
No es que las personas elegantes repriman sus emociones, es que saben manejarlas antes de que se descontrolen.
Y no es que no tengas días malos, todos los tenemos, lo que pasa es que has conseguido dominar la capacidad de contener esas emociones extremas con las que todos nos encontramos, en lugar de vomitarlas injustamente sobre los demás.
Una de las señales de que tienes gracia es si has cultivado la autoconciencia y el autocontrol para saber que siempre hay un momento y un lugar, y una forma determinada de abordar el conflicto.
No te van a pillar discutiendo a gritos con tu pareja en una cena o gritándole improperios a tu ex después de encontrártelo en un bar. Las rabietas, sencillamente, no son tu estilo.
5) Nunca eres autoritario
A menudo, cuando pensamos en la gracia, pensamos en una cierta suavidad, que puede manifestarse en la forma de moverse, de hablar y de interactuar.
No me malinterprete, eso no significa que no sea asertivo y autoritario cuando lo necesita. Pero nunca lo hace de forma agresiva o prepotente, sino clara y respetuosa.
Sabes estar de acuerdo en lo que no lo estás y no te aferras a tus propias opiniones hasta el punto de sentirte amenazado cuando alguien tiene un punto de vista diferente.
Los matones nunca tienen gracia. Por eso ejerces un dominio tranquilizador de las situaciones de forma más democrática.
6) Eres discreto
Subestimado no significa desapercibido.
Pero las mujeres agraciadas nunca son llamativas ni ostentosas. No son buscadoras de atención que ansían que la gente se fije en ellas.
No pretendes acaparar el protagonismo, a pesar de que todas las miradas gravitan naturalmente sobre ti.
Llevarte a ti mismo con una elegancia discreta significa que siempre consigues presentarte o expresarte de una forma sutil pero increíblemente eficaz.
La gracia nunca es obvia ni exagerada, sino que su fuerza reside en el minimalismo y la calidad por encima de la cantidad.
7) Te fascina el mundo
Es innegable la cualidad energética que acompaña a una mujer elegante.
Gran parte de esta energía procede de su intelecto y su actitud.
Una de las señales inequívocas de que eres una presencia agraciada en este planeta es que seas una mujer fascinada por el mundo.
Tal vez se acerque a las personas y a los lugares con un entusiasmo contagioso por saber más. Tiene una mentalidad de crecimiento que mantiene la curiosidad en todo momento.
Siempre estás aprendiendo: sobre ti mismo, sobre el mundo que te rodea y sobre la gente que conoces.
8) Sabes escuchar además de hablar
Por supuesto, la mejor manera de aprender es escuchar siempre tanto como se habla. Por eso este signo va de la mano del anterior.
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Su capacidad de comunicación es excelente.
Cree firmemente que una de las partes más importantes de una buena comunicación empieza siempre por escuchar bien y hacer muchas preguntas, pero tampoco es de los que se quedan de brazos cruzados.
Existe el mito de que causamos mejor impresión si dejamos que los demás hablen por nosotros.
Pero aunque escuchar es importante, los estudios demuestran que callar demasiado no nos hace ningún favor.
Los estudios han demostrado que, cuando las personas están casi siempre calladas, corren el riesgo de parecer más aburridas y distantes que elegantes.
Según el profesor de psicología del Georgia Gwinnett College, David Ludden, lo mejor es poder hacer ambas cosas.
"Hallazgos como éste sugieren que causarás la mejor impresión si dejas que el tiempo de conversación se reparta más o menos a partes iguales entre tú y tu interlocutor".
9) Estás bien presentado
Te enorgullece tu aspecto.
Sabes que la forma en que decides presentarte influye en la manera en que el mundo te ve.
Puede que tengas tu propio estilo individual, pero nunca eres descuidado con tu aspecto.
En lugar de ser pretenciosa con su aspecto, lo más probable es que tenga una elegancia sin esfuerzo.
La forma en que decides peinarte, vestirte y presentarte no tiene tanto que ver con transmitirte estatus, sino más bien con reflejar parte de tu carácter.
Estar bien presentado hace saber al mundo que tienes las cosas claras.
10) Tienes una fuerte autoestima
Es difícil tener gracia cuando no te valoras profundamente.
Porque lo que los demás interpretan como aplomo y elegancia procede de los firmes cimientos de la autoestima.
Y esa fuerza interior es mucho más seductora que cualquier cosa que una mujer pueda vestir, decir o hacer.
Una autoestima sana influye en todas esas señales sutiles y subconscientes que envías al mundo.
Una de las cualidades más admirables de una mujer agraciada es cómo es capaz de mostrarse amorosa, respetuosa y digna.
11) No intentas agradar a la gente
Eres tu propio jefe. Sigues tus propias reglas. Sabes lo que realmente importa y vives de acuerdo con ello.
No te obsesiona lo que los demás piensen de ti. Te das cuenta de que nunca vas a complacer a toda la gente todo el tiempo, así que ¿para qué intentarlo?
En lugar de eso, céntrate en las personas que más significan para ti.
No estar todo el tiempo pendiente de lo que los demás piensan de ti te permite tener unos límites más claros y firmes.
No tienes miedo de decir no a las cosas que no te convienen.
12) Eres amable con todos los que conoces
No te desquitas con el camarero de Starbucks ni le gritas al personal de servicio por haberte estropeado el pedido (¡al estilo James Corden!).
Tal vez sea porque no le importan los pequeños detalles o porque siente una profunda empatía por los demás.
Pero no crees que el estatus te haga mejor que nadie.
Se esfuerza por ser lo más amable y cordial posible con todas las personas que conoce.
13) Tienes unos modales impecables
Las mujeres más agraciadas siempre parecen tener unos modales fantásticos.
Podemos pensar que la gracia es un rasgo que surge de forma natural, pero eso no es necesariamente cierto.
La elegancia tiene mucho que ver con la forma en que nos presentamos a nosotros mismos, y eso también es, en gran medida, un comportamiento aprendido.
Los buenos modales son un gran ejemplo de ello. Nos permiten causar una impresión positiva en los demás, pero son algo que cultivamos.
Ver también: 12 señales de advertencia de que alguien conspira contra tiLa educadora de la Universidad Estatal de Michigan, Jodi Schulz, lo resume perfectamente cuando dice:
"Hay que practicar el uso de palabras como por favor, gracias y disculpe. No son como una posesión que una vez que la posees, la tienes para siempre. Los buenos modales se desarrollan con el tiempo, se practican con regularidad y se añaden intencionadamente en las comunicaciones con los demás".
14) Irradias una confianza tranquila y sosegada
Si eres una mujer elegante, eres capaz de mantener la calma en situaciones difíciles.
Consigues mantenerte relativamente imperturbable.
Sin embargo, tu confianza no se grita a los cuatro vientos. No eres engreído ni estás obsesionado contigo mismo. Eres modesto.
Cree que todos somos iguales. Y esta humildad le confiere una actitud recatada que rezuma gracia.