10 señales de que eres una persona estoica, que maneja las situaciones difíciles con gracia

Irene Robinson 11-10-2023
Irene Robinson

¿Quiere vivir una vida en la que sólo haya felicidad, riqueza y abundancia?

Si es así, el estoicismo no es para ti.

Pero si lees eso y piensas: "bueno, eso es poco realista".

Entonces puede que seas una persona estoica.

El estoicismo es para las personas que quieren saber cómo sortear las dificultades de la vida, cómo sobrevivir a sus problemas más desafiantes y cómo salir de ellos siendo más fuertes y mejores personas.

¿Crees que eres así? Sigue leyendo para conocer las señales de que podrías ser una persona estoica.

1) Eres difícil de leer

Seguro que te han dicho que pareces misterioso o que es difícil saber lo que piensas en cada momento.

¿Por qué?

Bueno, probablemente sea porque no expresas mucho tus emociones, lo cual es un rasgo común de las personas estoicas.

Ya sea tristeza, enfado, fastidio o alivio, siempre intentas mantener a raya esas emociones, por eso no suelen reflejarse en cómo reaccionas exteriormente.

No es que no te guste tener emociones, es que no ves la necesidad de expresarlas en voz muy alta, porque crees que hacerlo es una pérdida de energía.

Y al igual que mostrar tus emociones, también piensas que es una gran pérdida de tiempo seguir dándole vueltas al pasado.

2) No te quedas en el pasado

Seguro que ha oído alguna vez el dicho: "de nada sirve llorar sobre la leche derramada", que en realidad refleja a la perfección los rasgos de los estoicos.

Para la filosofía del estoicismo, el pasado está en el pasado. Cuando se ha derramado la leche, lo único que se puede hacer es coger la fregona y limpiarlo todo.

Como estoico, crees firmemente que todo lo que tenemos es el ahora, y que reflexionar sobre los errores del pasado o preocuparse por el futuro es una pérdida de tiempo. Tanto el pasado como el futuro es algo sobre lo que no tenemos control.

Cuando experimentas contratiempos, no te desanimas; de hecho, sientes algún tipo de motivación cuando fracasas.

No piensas que los fracasos son obstáculos para tu objetivo, sino que los tratas como pasos que te conducen a la consecución final de tus metas.

3) Eres práctico

El estoicismo es la encarnación de la filosofía práctica.

Como estoico, sueles pensar en la mejor manera de pasar el tiempo y en las mejores cosas a las que dedicar tu energía.

Suelen ser cosas con las que disfrutas, como aficiones como la lectura. También pueden ser cosas que mejoran tu vida, como hacer ejercicio.

Por eso no pierdas el tiempo pensando demasiado en el pasado o en cosas que no puedes cambiar, porque no es un uso muy inteligente de tu tiempo.

Tu sentido práctico es también la razón principal por la que odias el drama.

4) Odias el drama

El drama. La perdición de la existencia de todo estoico.

Como estoico, crees que no hay necesidad de dejarse llevar por dramas sin sentido.

Detestas a las personas que provocan dramas a la menor provocación, porque tú personalmente no le das mucha importancia a todo.

Aunque cometas errores, no le das importancia.

Reconoces lo que has hecho mal y pasas página rápidamente, porque sabes que sólo es una pérdida de tiempo y energía darle vueltas o dramatizarlo en exceso.

Sin embargo, sigues reconociendo que las acciones tienen consecuencias y eres lo bastante sensato como para repararlas cuando tus errores afectan a otras personas.

En pocas palabras: no te cuesta disculparte, no sólo porque sabes que es un paso esencial para seguir adelante, sino porque siempre tienes en cuenta los sentimientos de los demás.

5) No te dejas llevar por tus emociones

Demasiados de nosotros nos dejamos llevar por nuestras emociones con demasiada frecuencia.

Pero tú, como estoico, sabes que no debes hacerlo, porque eres consciente de lo perjudicial que puede ser para ti y para la gente que te rodea.

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    Aunque reconoces que sentir emociones es perfectamente normal, te las arreglas para mantenerlas siempre a raya.

    E incluso si sientes una emoción intensa, como la ira, sabes cuándo alejarte de la situación, calmarte y responder cuando estés mejor de la cabeza.

    ¿Alguna vez te han preguntado por qué casi nunca te enfadas? Probablemente sea por esto.

    6) Rara vez te enfadas

    Como estoico, controlas bien tus propias emociones, especialmente la ira.

    Cuando estamos enfadados, tendemos a arremeter, gritar o decir cosas hirientes a la persona con la que estamos enfadados, lo que suele acabar perjudicando a ambas partes.

    Ver también: 40 desafortunadas señales de que eres una mujer poco atractiva (y qué hacer al respecto)

    Pero como estoico, entiende las consecuencias de no poder controlar su ira.

    Quizá ya sepa lo que se siente al quemar a un ser querido con palabras hirientes, y por eso se esfuerza por controlarlo en todo momento.

    Aunque reconoces que la ira es una emoción importante porque te hace saber que hay algo que no va bien y que necesita tu atención, también comprendes que necesitas controlarla para evitar hacerte daño a ti mismo y a las personas que quieres.

    7) Supone lo peor

    Un rasgo clave de los estoicos es ser capaces de asumir lo peor.

    Esto no se debe a que seas pesimista, a que siempre esperes que ocurran cosas malas y a que nada bueno pueda salirte al paso: eres lo bastante lógico como para saber que eso no es cierto.

    Supones lo peor porque siempre te estás preparando para el peor escenario posible, como si te prepararas para frenar la caída antes de caer al suelo.

    Así es como los estoicos afrontan el dolor que les produce la pérdida o la muerte. El estoicismo gira en torno a la comprensión de que todo llegará a su fin, y así es como se vive la vida.

    ¿Por qué?

    Porque sabes que es inútil intentar escapar de lo inevitable, como la muerte y la pérdida, así que te preparas para el golpe antes de que llegue.

    Ver también: 10 señales del universo de que le gustas a la persona que te gusta

    8) No eres impulsivo

    Las personas estoicas no son impulsivas.

    Ya se trate de una compra sencilla y aparentemente inofensiva o de una gran decisión vital, como estoico nunca tomas decisiones por capricho.

    En realidad, no actúas sin pensar, ni te encuentras de repente en situaciones peligrosas sin saber cómo has llegado ahí.

    De hecho, la mayoría de sus acciones y decisiones están bien pensadas.

    Sopesa las consecuencias de cada decisión, piensa en las personas que se verán afectadas y en cómo cambiará su vida antes de tomar una decisión.

    9) No te preocupes

    La ansiedad no es algo con lo que vivan los estoicos, porque no se preocupan.

    Y como estoico que eres, has adoptado esta creencia.

    Sabes que el futuro es incierto. Que por mucho que intentemos prepararnos para él, en última instancia no controlamos lo que ocurrirá en el futuro.

    Sí, pueden ocurrir cosas malas, pero como sabes que debes suponer lo peor, ya te has preparado para ellas.

    En otras palabras, sabes que el futuro puede no ser siempre brillante, pero aunque sea oscuro, no es para tanto.

    Sabes que lo superarás, de todos modos. Como siempre haces.

    10) Llevas una vida virtuosa

    Por último, no cabe duda de que los estoicos llevan una vida muy virtuosa.

    Un error común sobre el estoicismo es que no es realmente una filosofía virtuosa para vivir, porque la mayoría de la gente lo percibe como oscuro o pesimista.

    Pero esto no podría estar más lejos de la realidad.

    Aunque no ves la prosperidad, la riqueza y la abundancia como metas finales, sabes vivir tu vida con buenos principios.

    Sabes que debes tratar a todo el mundo con respeto, compasión y amabilidad en todo momento.

    Y, sobre todo, sabes aprovechar al máximo el poco tiempo que se nos da en la Tierra, por eso intentas vivir una vida que sea buena para ti y para las personas que quieres.

    Irene Robinson

    Irene Robinson es una entrenadora de relaciones experimentada con más de 10 años de experiencia. Su pasión por ayudar a las personas a navegar a través de las complejidades de las relaciones la llevó a seguir una carrera en consejería, donde pronto descubrió su don para los consejos prácticos y accesibles sobre relaciones. Irene cree que las relaciones son la piedra angular de una vida plena y se esfuerza por empoderar a sus clientes con las herramientas que necesitan para superar los desafíos y lograr una felicidad duradera. Su blog es un reflejo de su experiencia y conocimientos, y ha ayudado a innumerables personas y parejas a encontrar su camino en tiempos difíciles. Cuando no está entrenando o escribiendo, se puede encontrar a Irene disfrutando del aire libre con su familia y amigos.