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No es ningún secreto que todos queremos caer bien, pero a veces nuestra personalidad puede resultar un poco desagradable para los que nos rodean.
A veces somos conscientes de que molestamos a los demás, otras veces somos completamente inconscientes.
Así que, en este artículo, voy a compartir 10 molestos rasgos de personalidad que echan por tierra tu simpatía, ¡y cómo darles la vuelta para que dejen de afectar negativamente a tus relaciones!
Vamos a sumergirnos:
1) Ser egocéntrico
Sé que a todos nos gusta hablar de nosotros mismos, de nuestros problemas y de nuestros éxitos, pero si eres completamente egocéntrico esto puede resultar muy molesto para las personas que te rodean.
Incluso los amigos íntimos y la familia tienen sus límites; estas relaciones siguen exigiendo "dar y recibir".
¿Qué quiero decir con eso?
No es justo acaparar la conversación o ser siempre el centro de atención. Tienes que compartir el protagonismo. Si no, la gente empezará a sentir que no tienes interés en ellos, ¡y esto acabará rápidamente con tu simpatía!
Para superar el egocentrismo, sugiero practicar la empatía y controlar mentalmente cuánto tiempo hablas de ti mismo durante una conversación.
También puede ser útil prestar atención al lenguaje corporal de los demás: los ojos vidriosos y los bostezos ahogados son un buen indicio de que necesitas pasar del micro.
2) Ser indeciso
El siguiente rasgo molesto de la personalidad que acaba con tu simpatía es la indecisión.
¿Es usted de los que no se deciden por las cosas más insignificantes? ¿Elegir entre dos tipos distintos de zumo le descontrola la mente?
Si es así, siento decírtelo, pero a la gente le parece muy poco atractivo.
La gente no sabe si puede confiar en tu juicio si te cuesta tomar la decisión más insignificante.
Sé que no es algo que hagas a propósito, pero es algo que puedes mejorar haciendo lo siguiente:
- Ten claros tus objetivos y cíñete a ellos, lo mismo que tu moral y tus valores.
- Reconoce que está bien cometer errores, algunas decisiones fracasarán pero aprenderás importantes lecciones de ellas.
- Practica tomando pequeñas decisiones antes de tomar otras más importantes.
- Sopese de antemano los pros y los contras de las consecuencias para tomar una decisión con más conocimiento de causa.
- Confía en tu instinto, es importante estar en sintonía con lo que tu cuerpo te dice sobre una decisión.
- Salga de su zona de confort para ganar confianza.
Ahora bien, ser indeciso no es lo único que impide que la gente confíe en ti y, por tanto, echa por tierra tu simpatía, nuestro siguiente punto también es muy desagradable:
3) Ser poco fiable
La vida es ajetreada y todos tenemos cosas que hacer, pero cuando le dices a alguien que harás algo por él y luego te retiras en el último momento, es una forma segura de acabar con tu simpatía.
Esto vuelve a romper el vínculo de confianza.
Un amigo confía en ti y confía en que mantendrás tu palabra. Por eso, cuando la rompes, no sólo le defraudas, sino que empieza a dudar de que pueda confiar en ti en el futuro.
No sólo eso, sino que también envía un mensaje claro: ¡no les das prioridad sobre cualquier otra cosa que tengas entre manos!
Así que, si tienes problemas para encajar todo en tu apretada agenda, es mejor decir amablemente a la gente que no puedes ayudarles que decepcionarles.
Y cuando asumas un compromiso, ¡cúmplelo! Siéntete orgulloso de cumplir tus compromisos y de dar la cara por tus seres queridos.
4) Ser pasivo-agresivo
¿Eres del tipo sarcástico?
¿Prefiere irse por las ramas o dar la callada por respuesta antes que abordar un problema?
Si es así, podrías ser pasivo-agresivo cuando te enfrentas a un conflicto.
Todos reaccionamos de distintas maneras y, para ser sinceros, ninguno de nosotros maneja las peleas o las discusiones "a la perfección".
Dicho esto, ser pasivo-agresivo puede destruir tu simpatía por una razón principal:
La gente no sabe a qué atenerse contigo.
Ver también: 5 historias del "hilo rojo del destino" y 7 pasos para preparar la tuyaEn lugar de ser asertivo y comunicarte de forma no agresiva, al dar la espalda o hacer comentarios sarcásticos, dejas a la gente confundida y dolida.
En pocas palabras:
Nunca están seguros de cuál es el verdadero problema, por lo que les resulta más difícil solucionarlo.
Así que, la próxima vez que tengas ganas de ignorar a alguien que te ha molestado o de hacer comentarios sarcásticos, intenta ser franco con la situación. Busca un entorno tranquilo y silencioso y explícale con delicadeza qué es lo que te molesta.
Te prometo que encontrarás una solución mucho más rápido y, como resultado, gustarás más a la gente.
5) Ser demasiado crítico
De la misma manera que ser pasivo-agresivo puede confundir y herir a la gente, ser demasiado crítico también puede hacerte caer en desgracia.
Voy a ser sincero contigo: sé que a veces la gente puede ser bienintencionada cuando critica. A veces, lo haces por amor y porque quieres lo mejor para alguien.
Pero la verdad es que, a menos que la gente te pida tu opinión, todo lo negativo debes guardártelo para ti. Si TIENES que criticar, al menos encuentra una forma compasiva y sin prejuicios de hacerlo.
Por ejemplo, en lugar de decir:
"Siempre interrumpes a la gente durante las reuniones, ¡es de mala educación!" (Esto es una crítica).
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Se podría decir:
"Me he dado cuenta de que has interrumpido a algunas personas durante la reunión. Esto puede hacerles sentir que no estás valorando sus aportaciones. En el futuro, sería estupendo que les dejaras terminar antes de compartir tus propias ideas, así todos se sentirán valorados."
Se trata de un comentario constructivo: se pone de relieve el problema, pero también se ofrece orientación a la persona para ayudarla a mejorar, sin avergonzarla ni hacerla sentir mal.
Y hablando de sentirse mal...
6) Ser demasiado negativo
Mira, a nadie le gusta Debbie Downer. Nadie quiere salir con Moody Margaret o Pessimistic Paul.
Si eres demasiado negativo, es muy probable que este rasgo acabe con tu simpatía.
Ahora bien, puede que no te des cuenta de que lo estás haciendo, pero si eres tú el que constantemente busca el problema o critica o juzga, puede que sea el momento de indagar un poco más en el porqué.
Puede que no estés contento con tu estilo de vida o tu carrera, o que simplemente hayas adquirido el mal hábito de ser pesimista y negativo.
En cualquier caso, si quieres ser más simpático, vale la pena que aprendas a ver el lado bueno de la vida.
Resuelve los problemas que te hacen ser tan negativo y verás cómo la gente empieza a gravitar hacia ti (por no hablar de lo bien que te sentirás al adoptar una mentalidad positiva).
7) Cerrarse en banda
Además de adoptar una mentalidad positiva, también es útil empezar a adoptar un enfoque abierto de las cosas en lugar de ser rígido o cerrado.
Entonces, ¿por qué ser cerrado de mente te hace menos simpático?
La verdad es que, si te aferras a tus costumbres y te resistes a probar cosas nuevas o a escuchar nuevas opiniones, puede resultar muy frustrante y desagradable para las personas que te rodean.
Además, si no estás dispuesto a tener en cuenta otros puntos de vista, puedes parecer frío o poco empático.
Entonces, ¿cómo se puede fomentar una mentalidad abierta?
- Sé curioso. Empieza a hacer preguntas y a aprender cosas nuevas.
- No des por sentado que lo sabes todo, puede que haya otros puntos de vista que tengan más sentido, pero tienes que buscarlos.
- Acepte la incertidumbre. Las personas cerradas de mente son menos propensas a salir de su zona de confort. Haga una pequeña cosa cada día que le suponga un reto.
- Diversifica tu grupo de amistades. Está muy bien tener los mismos amigos durante 20 años, pero hacer nuevos te abrirá los ojos a experiencias, personalidades e ideas diferentes.
Por último, más que ganar simpatía, adoptar una mentalidad abierta será muy beneficioso para tu propio desarrollo y crecimiento personal.
8) Ser un charlatán
Siguiente en nuestra lista de rasgos de personalidad molestos que acaban con tu simpatía:
¡Sin parar!
Ver también: 12 señales de que es hora de renunciar a un hombre CapricornioEste es un punto con el que muchos de nosotros podemos identificarnos: ¡tenemos tanto que decir y tan poco tiempo para decirlo todo!
Pero, por desgracia, este es otro rasgo que no siempre cae bien, por varias razones:
- Si dominas todas las conversaciones, puedes parecer desconsiderado con los demás.
- También puede hacerte parecer egocéntrico (remítete al punto 1 de la lista).
- Demuestra falta de capacidad para escuchar, lo que puede hacer que los demás sientan que no te interesa lo que tienen que decir.
- En algunos casos, puedes parecer una persona que busca atención y quiere ser el centro de atención.
Así que, aunque es bueno ser hablador y sociable, hay que saber cuándo parar y dar una oportunidad a los demás.
Y, desde luego, no cometas el error que voy a destacar en el siguiente punto:
9) Interrumpir en serie
Si eres un charlatán, es muy probable que también interrumpas en serie.
Siento tu dolor ya que yo también he sido culpable de esto.
Puede que ni siquiera estés siendo grosero o buscando atención intencionadamente, sino que simplemente te entusiasma el flujo de la conversación y no puedes esperar a compartir tus pensamientos.
Esta es la cuestión:
Puede hacer que la otra persona se sienta desatendida e infravalorada.
No me di cuenta hasta que otra persona empezó a interrumpirme. ¡Entonces experimenté de primera mano lo molesto que es!
Así que, la próxima vez que inspires, dispuesto a lanzarte a hablar, detente, espera y deja que la otra persona termine de hablar primero.
Mejor aún: practica la escucha activa para sintonizar al 100% y prestar atención antes de formular tu respuesta. Consulta esta guía para saber más sobre la escucha activa.
10) Estar a la defensiva
Por último, estar a la defensiva ocupa el puesto número 10 de los rasgos molestos de la personalidad que acaban con tu simpatía.
¿Por qué?
Principalmente porque demuestra una falta de madurez y una falta de voluntad para aceptar la retroalimentación y el crecimiento personal.
Así es, si te apresuras a inventar excusas o rechazas de plano los comentarios de la gente sobre ti, podrías estar aislándote de hacer amigos (¡o de conservarlos!).
La verdad es que a la gente le costará comunicarse con usted o compartir sus opiniones, puede que le guarde rencor o que le resulte frustrante intentar comunicarse con usted.
Pero la buena noticia es que hay una solución:
- Averigua cuáles son tus desencadenantes (o inseguridades) y trabaja sobre ellos
- Intenta no tomarte todo tan a pecho
- Adopta la actitud de que la mayoría de la gente no dice las cosas por maldad
- Sé amable contigo mismo
- Tómate un respiro antes de responder (así tendrás tiempo de calmarte y no reaccionar exageradamente).
Como todo en esta lista, se necesita tiempo para cambiar un rasgo de la personalidad. Y si te hace sentir mejor, casi todo el mundo puede identificarse con algo de esta lista: ¡ninguno de nosotros es perfecto!
Pero espero que los consejos que he compartido contigo te ayuden a trabajar en los rasgos molestos de tu personalidad para que te conviertas en un amigo/colega/familiar simpático y apreciado por todos.