Cómo pensar antes de hablar: 6 pasos clave

Irene Robinson 19-06-2023
Irene Robinson

Puede que tiendas a creer que tus actos hablan más que tus palabras, pero cuando se trata de cómo te representas con tus palabras y tu discurso, la forma en que te presentas a los demás depende realmente de lo que dices y de cómo lo dices.

Esto también es cierto cuando lo que dices no se corresponde con lo que haces, y puede ser difícil retractarse de las cosas que has dicho, tanto si era tu intención como si no.

Es importante pararse a pensar en lo que se va a decir para asegurarse de que las palabras se entienden tal y como uno pretende.

Veamos por qué es importante y por qué hay que prestar más atención a lo que se habla y a cómo se habla.

Por qué hay que pensar antes de hablar

1) Ser cuidadoso con tus palabras te permite aprovechar las oportunidades y avanzar en la vida

Si no crees que lo que dices desempeña un papel importante en tu vida, piensa en la última vez que perdiste una oportunidad por no hablar claro, o cuando no conseguiste un trabajo por algo que dijiste y que hizo pensar a la empresa que no eras la persona adecuada para el puesto.

Los suscriptores de la Harvard Business Review calificaron la "capacidad de comunicación" como el factor más importante para que un ejecutivo sea "promocionable", por delante de la ambición o la capacidad de trabajo duro.

Tu discurso puede tener un impacto dramático en tu vida y en tu éxito.

Hay muchas ocasiones en la vida en las que el resultado dependerá de lo que digas y de cómo lo digas.

Al fin y al cabo, tus palabras y cómo las dices es la mejor herramienta que tiene la gente para percibir quién eres.

En una entrevista de trabajo, si dices cosas descuidadas e irreflexivas no presentarás la versión de ti mismo y tendrás menos posibilidades de conseguir el trabajo.

Si siempre dices lo que piensas, lo más probable es que ofendas a otras personas, lo que puede perjudicar tu capacidad de establecer nuevos contactos.

En resumen, limitarás tu capacidad para salir adelante.

Desgraciadamente, no todo se basa exclusivamente en los resultados cuando se trata de muchas ocupaciones. También se basa en cómo presentas tus ideas y cómo verbalizas tus resultados.

2) El ser humano es un ser social: es importante saber comunicarse eficazmente.

No sólo es importante lo que dices, sino cómo lo dices.

Por ejemplo, si le hace un cumplido a alguien, pero lo hace en tono sarcástico, no será bien recibido y puede llevar al receptor a creer que no es sincero, aunque realmente lo haya dicho en serio.

A veces, lo único que tenemos son las palabras que utilizamos a la hora de comunicarnos.

Los seres humanos somos seres sociales y tener la capacidad de formar conexiones sólidas es crucial para vivir una vida plena.

De hecho, un estudio de Harvard sobre la felicidad realizado hace 80 años concluyó que uno de los factores más cruciales para la felicidad humana son nuestras relaciones.

Sin embargo, con tantas conversaciones en línea y a través de mensajes de texto, es fácil que nos malinterpreten.

Las relaciones pueden desmoronarse por culpa de estos malentendidos, pero son tan comunes en nuestro lenguaje escrito que no los tenemos en cuenta ni les prestamos la misma atención que a nuestro lenguaje verbal.

Esto puede afectar gravemente a nuestra vida social y a nuestras conexiones.

Es importante ser capaz de transmitir claramente un mensaje, además de escuchar. Y la única forma de conseguirlo es pensar antes de hablar.

Cuando no tenemos cuidado con lo que decimos, podemos decir una cosa y que la otra persona escuche otra. Eso suele ocurrir cuando no eres claro y conciso al hablar.

3) Cuando hablamos antes de pensar, decimos cosas de las que nos arrepentimos y luego la gente sale herida

Si alguna vez has enviado un correo electrónico o un mensaje de texto para "regañar" a alguien y te has arrepentido, sabrás lo importantes que son tus palabras en la vida.

La vida se nos echa encima a la velocidad de la luz y todos competimos por una posición en este mundo. Por eso hablamos y escribimos más que nunca. Queremos que nos vean.

Pero esa necesidad hace que digamos cosas que no queremos decir, que hablemos sin pensar y que respondamos más rápido de lo que deberíamos.

Es más, si necesita pruebas adicionales de que lo que dice es importante, piense en la última vez que alguien le dijo algo que significa algo para usted y cómo le hizo sentir.

¿Te has preguntado por qué te han dicho eso o qué ha provocado esa respuesta tan mezquina? ¿Te has preguntado qué has hecho tú para que te digan esas cosas tan mezquinas?

A menudo, lo que ocurre es que no has hecho nada en absoluto, sino que la persona con la que hablabas no estaba pensando en absoluto lo que decía; la gente suelta lo primero que se le ocurre. Es un hábito difícil de vencer.

4) Las palabras que utilizas dan forma a tu mente

Muchos de nosotros utilizamos de forma natural un lenguaje negativo en la vida, incluso cuando hablamos con nosotros mismos. Pero esto podría estar teniendo un impacto más dramático en tu vida de lo que crees.

Según las investigaciones, nuestro subconsciente interpreta lo que decimos muy literalmente.

Cuando tus palabras son constantemente negativas, sentenciosas, amargas o duras, tu mentalidad sobre el mundo empieza a inclinarse en esa dirección.

No se tarda mucho en centrarse siempre en los aspectos negativos de la vida.

Las palabras son la principal forma que tienen los seres humanos de comunicarse con el mundo, así que, por supuesto, están destinadas a tener un enorme efecto en la forma en que usted percibe el mundo.

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    Sin embargo, antes de que lances el cuento blanco, la neurociencia ha descubierto que tenemos la capacidad de cambiar nuestro cerebro con la práctica continuada sobre cómo utilizamos el habla.

    Cómo pensar antes de hablar

    Para pensar antes de hablar, primero tienes que responsabilizarte de que puedes controlar tu cerebro y tus pensamientos.

    Una vez que decidas que quieres cambiar tu forma de comunicarte, puedes empezar a prestar atención a lo que dices y a cómo lo dices.

    Hay varios métodos que puedes utilizar, pero el más probado y verdadero para mejorar tus habilidades comunicativas pensando antes de hablar es utilizar la Técnica del AGRADECIMIENTO.

    Ver también: ¿Qué significa tener un "alma pura"? (Y 15 señales de que la tienes)

    En pocas palabras, ¿lo que vas a decir es cierto, útil, afirmativo, necesario, amable y sincero? Si lo que dices no se ajusta a este mantra, quizá sea el momento de reconsiderar tu forma de interactuar con los demás.

    Utiliza la técnica del agradecimiento para decir siempre lo correcto

    Si eres como la mayoría de la gente, habrás sentido el escozor de haber dicho algo equivocado a la persona equivocada, en el momento equivocado.

    Si alguna vez has pensado: "Ojalá no hubiera dicho eso" después de una conversación o si has pensado: "Ojalá hubiera dicho algo diferente", la Técnica del AGRADECIMIENTO podría ayudarte en el futuro.

    Puedes ser esa persona que siempre dice lo correcto con sólo unos segundos para pararte a pensar antes de hablar.

    Es un proceso sencillo que mucha gente ignora, pero que puede cambiar tus habilidades comunicativas y te lo vamos a enseñar.

    Aquí tienes las 6 preguntas que debes hacerte antes de decir o escribir nada:

    1) ¿Es cierto lo que vas a decir?

    Puede que sea un punto de partida extraño en una conversación: preguntarse si lo que vas a decir es cierto, pero a menos que sepas de buena tinta que la información que estás diciendo es del 100%, deberías pararte a pensarlo un momento.

    A menudo, recabamos información de otras personas a diario sin cuestionarla siquiera, de modo que cuando por fin nos sentamos a pensar en lo que hemos oído, encontramos incoherencias y errores.

    Antes de decirle algo a otra persona, asegúrate de que es cierto. Así evitarás problemas en el futuro.

    2) ¿Es útil lo que vas a decir?

    También tienes que pararte a pensar si la información que transmites va a ayudar o no a tu interlocutor.

    En algunos casos, nos limitamos a hablar sin pensar en las consecuencias de nuestras palabras, pero si vas a decir algo hiriente, quizá lo mejor sea no decir nada.

    Si crees que lo que vas a decir puede hacer que alguien se sienta mal consigo mismo o con su vida, quizá sea mejor que te lo guardes para ti.

    3) ¿Lo que vas a decir es afirmativo para la otra persona?

    La afirmación no consiste en dedicar a alguien unas palabras amables, sino en hacer saber a los demás que estás escuchando y que te importa lo que dicen.

    Haz preguntas, repite lo que dicen, dales espacio para hablar y utiliza confirmaciones como "cuéntame más" cuando hables con ellos.

    Afirmar a otra persona en una conversación contribuye en gran medida a que sienta que eres un buen conversador y te mantiene alejado de problemas en tus habilidades comunicativas.

    4) ¿Es necesario lo que vas a decir?

    A veces decimos cosas que no aportan nada a la conversación, pero como queremos ser el centro de atención es más fácil seguir hablando que pararnos a pensar en lo que realmente estamos diciendo.

    Es más, como los humanos queremos tanto ser el centro de atención, a menudo socavamos a los que nos rodean con malas elecciones de palabras, llegando incluso a burlarnos de ellos en algunos casos.

    Si estás intentando mejorar tus habilidades comunicativas y quieres ser un gran conversador, nunca digas las cosas por decir, ten siempre un motivo.

    5) ¿Es amable lo que va a decir?

    Es una buena idea ser amable con la gente cuando hablas con ellos porque nunca sabes de dónde vienen o por lo que han pasado.

    Una parte de ser amable consiste en no hacer suposiciones sobre los demás y no acusar a la gente de ser de una determinada manera.

    Pregunte siempre y tenga cuidado de no ofender a nadie.

    Puede parecer mucho trabajo controlar tus conversaciones, pero merece la pena para que te conozcan como alguien que se preocupa y escucha de verdad.

    6) ¿Es sincero lo que va a decir?

    A menudo pasamos por alto la sinceridad porque creemos que debemos decir cosas bonitas a la gente, aunque no las digamos en serio.

    No está claro por qué lo hacemos, pero seguimos diciendo cosas a la gente sin darnos cuenta de que en realidad no las decimos en serio, o nos damos la vuelta y contradecimos nuestros cumplidos porque en realidad no queremos decir lo que decimos.

    Ver también: Cómo hacer que te eche de menos: 14 consejos para que te desee más

    Si quieres mejorar tus conversaciones, tus conexiones con la gente y tus habilidades comunicativas, prueba a utilizar la Técnica del AGRADECIMIENTO y tómate un minuto para pensar cómo vas a proceder. Realmente funciona.

    En conclusión

    No es el fin del mundo que tu capacidad de comunicación no sea la adecuada, pero no hay que avergonzarse por querer mejorar la forma en que te presentas al mundo.

    Pensar antes de hablar significa demostrar a los demás que eres considerado y respetuoso.

    Y si abres la boca y metes la pata, no siempre puedes retractarte. Puedes ofrecer alguna disculpa a tu amigo o familiar si dices algo que no le sienta bien, pero a veces eso no basta.

    Aunque no seas responsable de cómo se relacionan con tus palabras, sí eres responsable de las palabras que salen de tu boca y, si has dicho algo que es falso, hiriente, innecesario, poco amable o poco sincero, ofrece otra forma de decir lo que estás diciendo.

    Al final, al menos puedes estar tranquilo sabiendo que intentaste hacer las cosas bien.

    Irene Robinson

    Irene Robinson es una entrenadora de relaciones experimentada con más de 10 años de experiencia. Su pasión por ayudar a las personas a navegar a través de las complejidades de las relaciones la llevó a seguir una carrera en consejería, donde pronto descubrió su don para los consejos prácticos y accesibles sobre relaciones. Irene cree que las relaciones son la piedra angular de una vida plena y se esfuerza por empoderar a sus clientes con las herramientas que necesitan para superar los desafíos y lograr una felicidad duradera. Su blog es un reflejo de su experiencia y conocimientos, y ha ayudado a innumerables personas y parejas a encontrar su camino en tiempos difíciles. Cuando no está entrenando o escribiendo, se puede encontrar a Irene disfrutando del aire libre con su familia y amigos.