Tabla de contenido
La gratitud es algo sencillo: nunca se agota, así que ¿por qué reprimirla?
Permítete sentirte agradecido por todo lo bueno que va y viene en tu vida, por grande o pequeño que sea.
Esta gratitud fluye a través de nosotros como energía positiva, afectándonos a nosotros mismos y a los que nos rodean por igual.
Pero hay algunas personas que parecen aferrarse a cada gramo de gratitud que tienen.
Estas personas no muestran agradecimiento por nada en su vida, lo que las hace parecer negativas, malhumoradas y desagradecidas.
Pero, ¿por qué la gente desagradecida es como es?
He aquí 13 características de los desagradecidos:
1) Se sienten con derecho a todo
Es difícil estar agradecido por algo cuando sientes que, para empezar, era tuyo por derecho.
Cuando alguien te roba algo y se ve obligado a devolvértelo, ¿por qué ibas a sentir algún tipo de agradecimiento hacia esa persona?
Esta es la mentalidad que tienen la mayoría de los desagradecidos.
No quieren mostrar ningún tipo de gratitud hacia nada que se les haya dado, porque creen que, para empezar, era suyo por derecho.
Dar las gracias a alguien por algo a lo que ya se siente con derecho es vergonzoso para él, porque cree que ya debería tenerlo.
2) Quieren todo de inmediato
Cuando les das algo, no se toman el tiempo de disfrutarlo o apreciarlo.
Lo consumen, lo repasan y luego dicen: "¿Qué más?".
Una persona desagradecida no reconoce realmente el valor de las cosas porque se lo han dado con demasiada facilidad.
Quieren lo siguiente, y lo siguiente, y lo siguiente, porque el objetivo final no es ser felices con lo que tienen; el objetivo final es simplemente querer una vez más.
Y no siempre es por derecho; a veces se han convencido a sí mismos de que son tan víctimas que se merecen todas las limosnas que les den.
3) Nunca les han dicho "no"
¿Cómo se educa a un niño para que se convierta en un adulto desagradecido?
Sencillo: dales siempre lo que pidan y no les dejes oír nunca la palabra "no".
Cuando una persona nunca tiene que sentir que algo de lo que desea es inalcanzable, entonces todo pierde su valor.
No sólo no entienden el valor de un dólar, sino que acaban por no entender el valor de los regalos, del tiempo, de las amistades y de las relaciones.
Creen que todo debe ser suyo, pase lo que pase, y cualquiera que se lo niegue está cometiendo un crimen contra su humanidad.
4) No han trabajado por nada en su vida
Es difícil ser desagradecido cuando has tenido que pasarte la vida manteniéndote a ti mismo, trabajando mucho y muy duro para poder pagar las facturas y poner comida en la mesa.
No hay mejor manera de aprender la lección de cuánto valen las cosas que luchando por pagarlas, dólar a dólar.
Cuando a una persona se le da todo, sin tener en cuenta si se lo ha ganado o no, entonces no puede respetar las cosas que se le dan, ni a las personas que se las dan.
Y sin respeto por nada ni por nadie, ¿cómo podrían sentir algún tipo de gratitud?
5) Consumen demasiados medios de comunicación
El problema del mundo actual es que hay demasiado ruido.
Siempre está pasando algo; puedes encender las noticias, navegar por Internet, echar un vistazo a las redes sociales y encontrar docenas de cosas diferentes por las que preocuparte y estresarte.
Todo este ruido bloquea nuestra capacidad de encontrar paz y alegría en el momento presente.
Acabamos convirtiéndonos en personas que se preocupan por todo, personas que tiemblan con su propio neuroticismo constante.
Encontrar la capacidad de expresar gratitud parece imposible cuando es tan fácil exponerse al peso del mundo y de todos sus problemas.
En muchos casos, los desagradecidos no son malas personas; simplemente están atrapados en círculos viciosos.
6) Se sienten espiritualmente desconectados
No es de extrañar que las personas más agradecidas sean también las más conectadas con su espiritualidad.
El positivismo y la gratitud proceden de los mismos lugares que la creencia espiritual: queremos ser mejores personas y apreciar más cada momento y cada regalo y, a su vez, esperamos mejorar el mundo con nuestra presencia a través de esta mentalidad.
Pero las personas desagradecidas no tienen esta conexión con su espiritualidad.
Están aislados de estos canales, con la negatividad y la toxicidad empantanando la energía en su interior.
No pueden conectar con los que les rodean y apenas pueden conectar consigo mismos, por eso se han quedado tan atrapados en sus propios pensamientos negativos.
7) No dedican tiempo a los demás
Dedicamos nuestro tiempo a otras personas por la bondad de nuestro corazón.
Somos voluntarios, ayudamos, echamos una mano, incluso cuando nada de ello nos será devuelto; lo hacemos porque podemos y porque creemos que es lo correcto.
Y el tiempo es el recurso más valioso que podemos dar porque es lo único que nunca se puede recuperar.
Las personas desagradecidas no tienen ese instinto natural de devolver a la comunidad.
Creen que tienen derecho a recibir ayuda y limosnas, pero no creen que deban participar en la entrega de esas cosas a otros necesitados.
Como no saben expresar gratitud, tampoco saben expresar empatía.
8) Sienten que sólo tienen que estar agradecidos por las cosas más importantes
En cierto modo, los desagradecidos a veces se dan cuenta de que no están siendo todo lo cordiales que deberían.
Pero esto viene con su ego inflado: creen que el acto de dar las gracias debe ser limitado, y sólo deben mostrar agradecimiento de verdad cuando se les ha dado algo increíblemente significativo.
Las personas desagradecidas no siempre se ven a sí mismas como desagradecidas; simplemente creen que su gratitud vale más que los míseros favores que les han hecho.
Pero tal vez no haya favor lo bastante grande para que lo consideren digno de su gratitud.
9) Nunca se piden cuentas a sí mismos
No se ven a sí mismos como el problema de nada en su vida, porque ¿por qué habrían de hacerlo?
Ya se creen con derecho a todo lo que quieren en el mundo, así que ¿cómo podrían culparse a sí mismos de sus fracasos y problemas?
En lugar de eso, prefieren culpar a todo y a todos los demás: a sus amigos, a su familia, al gobierno, al sistema y a lo que se les ocurra.
Historias relacionadas de Hackspirit:
La poca confianza que tienen en sí mismos está protegida por un ego gigante, y ese ego gigante se ensañará con todo lo que intente hacerle rendir cuentas.
10) Tienden a ser emocionalmente inestables
Irradiar positividad y practicar la gratitud no son características con las que se nace, sino que hay que practicarlas activamente.
Hay que levantarse cada día con la decisión de tener un buen día y llevar el bien a los demás, y sólo con disciplina emocional y paciencia se puede conseguir.
Las personas desagradecidas nunca han practicado ningún tipo de disciplina emocional; simplemente dejan que cualquier sentimiento negativo y tóxico que tengan se apodere de su mente.
Así que acaban siendo adultos emocionalmente inestables que tienen problemas de ira, de confianza y que rebotan constantemente de un conjunto de emociones a otro.
11) Atraen a otros desagradecidos
Las personas agradecidas no soportan la presencia de personas desagradecidas, por lo que las únicas personas que formarán parte de sus círculos sociales serán otros individuos desagradecidos.
Esto les lleva a una burbuja de comportamientos tóxicos e ingratos, en la que refuerzan aún más sus creencias negativas hasta que quedan grabadas en piedra.
La Ley de la Atracción une a estas personas, aunque no se soporten.
Pero incluso cuando reflejan el comportamiento de los demás, carecen de la autoconciencia necesaria para darse cuenta de que están actuando de forma tan despreciable como los peores de su grupo.
12) No viven el momento
Una persona desagradecida no sabe vivir el momento.
Viven en el ayer y en el mañana, quejándose de lo que les ocurrió en el pasado y preocupándose por lo que pueda ocurrirles en el futuro.
Incluso cuando no tienen absolutamente ningún motivo para estar de mal humor, no pueden sentarse, despejar la mente y disfrutar del momento presente tal y como es.
Algo siempre tiene que ir mal y, en cierto modo, acaban manifestando la negatividad que gira en torno a su vida.
13) Dejan que todo les "afecte
No importa lo que sea: el mal tiempo, las tareas extra en el trabajo, el hecho de que la tienda se haya quedado sin su bebida favorita.
Una persona desagradecida aprovechará cualquier oportunidad para sentirse negativa, molesta y deprimida.
Utilizan cada decepción como excusa para estar molestos el resto del día.
Lo malo de los desagradecidos es que no saben proteger su buen humor.
Como creen que deben tener derecho a la bondad, no hacen ningún esfuerzo por protegerla.
No entienden que la positividad es algo que hay que trabajar, constantemente.
6 técnicas para tratar con personas desagradecidas
Vivir con alguien que se muestra desagradecido con regularidad puede ser un reto inmenso, sobre todo si esa persona es una parte importante o activa de tu vida.
Ver también: 20 señales sorprendentes de que un hombre oculta sus verdaderos sentimientosLa primera pregunta que tienes que hacerte es: ¿cómo quieres tratar con ellos? ¿Quieres ayudarles a superar su desagradecimiento o simplemente quieres aprender a tolerarlos?
Elijas lo que elijas, es importante que tu respuesta esté guiada por la empatía y no por la fuerza.
Tratar con una persona desagradecida comienza con la autoaceptación, y nunca se puede obligar a nadie a aceptar un defecto que no está dispuesto a reconocer.
He aquí algunas formas de orientarles:
1. No los etiquete
Llamar a alguien quejica o desagradecido es lo último que quieres hacer, y sólo le obligarás a hincar más los codos.
En lugar de eso, trata de discutir con ellos sus problemas de queja, incapacidad para aceptar responsabilidades y cambio de culpas.
Inicia la conversación; aunque no lo acepten, ayuda a poner los pensamientos en su mente.
2. Establezca sus límites personales
Entiende tus propios límites a la hora de tratar con ellos. Sus problemas no son los tuyos, y no deberías sufrir porque ellos no sepan lidiar con sus propios problemas.
Pregúntate: ¿cuáles son tus límites? Si los traspasan, aléjate de ellos y deja que se las arreglen solos.
Reconocerán poco a poco cómo te están alejando o están demasiado lejos para que puedas ayudarles en absoluto.
3. Abordar su diálogo interno
Las personas desagradecidas nunca hacen una verdadera introspección. Nunca llevan el diálogo interno más allá. Después de echar culpas y eludir responsabilidades, se revuelcan en su propia autocompasión.
Ayúdales hablando con ellos. Si dicen que no pueden hacer nada para mejorar su situación o si no pueden alcanzar sus objetivos, haz avanzar esa conversación.
Pregúntales: ¿por qué no pueden hacer nada? ¿Qué haría falta para que pudieran hacer algo? Proporciónales un puente entre sus propias dudas y la realidad, y ayúdales a cruzar ese puente por sí mismos.
Recuerde: cuando trata con individuos desagradecidos, está tratando con personas con una intensa inestabilidad emocional.
A menudo luchan contra la depresión y/o el TEPT, tienen baja autoestima y confianza en sí mismas, y ya sienten que no tienen apoyo.
Sé directo pero amable; guíales sin forzarles.
4. Explore su reactividad
De nuevo, sin asumir la culpa de la dinámica, deberías analizar cómo estás reaccionando de forma exagerada y de forma insuficiente en la relación.
Por ejemplo, si estás tratando con alguien que se queja constantemente y es desagradecido contigo, no reaccionar así le da permiso para seguir haciéndolo.
Intenta no reaccionar emocionalmente ante ellos. Los desagradecidos no son dignos de eso, de todos modos.
Sé claro, conciso, directo, lógico y no te apegues a nada de lo que digan.
5. No normalices el comportamiento desagradecido
Esto es importante. Si han sido desagradecidos durante un tiempo, es probable que hayan racionalizado su comportamiento.
La conclusión es que ser desagradecido nunca está bien.
Si te parece bien, o reaccionas a ello (que es lo que buscan), seguirán haciéndolo.
Así que no reacciones emocionalmente, explica racionalmente por qué no está bien ser desagradecido y sigue con tu día sin que te afecte.
Cuando sepan que eres un blanco difícil para conseguir una reacción, acabarán desistiendo.
6. Despídete
En algunos casos, tendrás que hacer de tripas corazón y dejar que esa persona salga de tu vida, lo cual puede ser más fácil de decir que de hacer, porque las personas tóxicas suelen quedarse.
A veces es difícil que la personalidad de alguien cambie, y si no puede dejar de ser desagradecido, y realmente te molesta, entonces en algún momento tienes que decir, ya es suficiente.
Ver también: Las 16 cosas que a los hombres les gustan en la cama pero no pidenSi llegas a ese punto, tienes que ahorrarte los problemas y dar prioridad a tu propia felicidad y cordura. En muchos casos, es posible que no tengas otra opción, así que cuando la tengas, vete ya.
No va a ser fácil, pero será gratificante.
Quién sabe, a lo mejor te resulta fácil. Puede que te sientas bien diciéndole a alguien que no te gusta su actitud y que te mereces algo mejor en tu vida.
Lo que te parezca bien, hazlo. Pero hagas lo que hagas, no sigas viviendo en un caparazón por la forma que tiene esta persona de hacerte sentir pequeño en tu propia vida. No merece la pena.