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Es una pregunta para todos los tiempos: ¿por qué soy infeliz?
¿Por qué parece que todo el mundo a tu alrededor tiene cosas que hacer, lugares en los que estar y acontecimientos que te entusiasman, mientras tú estás permanentemente atrapado en un estado de vacío, insensibilidad e infelicidad?
¿Qué hay en la vida y la felicidad que todo el mundo parece entender pero tú no?
No es fácil. Lo sé. Fui profundamente infeliz durante años.
Era un tipo de veintitantos años que se pasaba el día levantando cajas en un almacén. Tenía pocas relaciones satisfactorias -con amigos o mujeres- y una mente de mono que no se apagaba.
Durante ese tiempo, viví con ansiedad, insomnio y demasiados pensamientos inútiles en la cabeza.
Mi vida parecía no ir a ninguna parte. Era un tipo ridículamente mediocre y, para colmo, profundamente infeliz.
Pero después de pasar incontables horas estudiando filosofía oriental y psicología occidental, descubrí la verdadera causa de mi infelicidad, y con algunos cambios drásticos de mentalidad y comportamiento, he sido capaz de crear una vida que es mucho más significativa y satisfactoria que la vida que estaba viviendo.
Pero antes de sumergirme en los cambios de mentalidad y los comportamientos que me ayudaron, primero es importante entender por qué tanta gente se siente infeliz y deprimida en el mundo moderno.
Creo que te sentirás identificado con estas causas de infelicidad. Sé que a mí me pasó.
La moderna epidemia de infelicidad
Aunque no siempre lo parezca, vivimos en la mejor época de la historia de la humanidad.
El siglo XXI es el periodo más pacífico de la historia escrita de la humanidad, con menos guerras y violencia que nunca.
Aunque nos queda mucho camino por recorrer para acabar con la pobreza, el hambre, las enfermedades y otros problemas crónicos de la humanidad, somos más que nunca los que tenemos derechos y medios para llevar una vida normal y gratificante, y seguimos evolucionando positivamente a medida que pasa el tiempo.
Pero la infelicidad también parece tender al alza.
El Informe Mundial sobre la Felicidad 2019 es uno de los últimos de una larga serie de estudios que muestran el aumento constante de los sentimientos negativos en todo el mundo.
Desde 2007, la felicidad en todo el mundo ha descendido significativamente año tras año, con el consiguiente aumento anual de los problemas de salud mental.
El problema es que no hay una explicación, ni un factor único que podamos invertir para rebobinar el crecimiento global de la infelicidad.
La explicación más probable del paso generalizado de la felicidad a la infelicidad es que, sin saberlo, hemos adoptado una serie de tendencias y cambios en nuestra forma de vivir y en lo que esperamos de nuestras vidas que han hecho más difícil considerarnos felices.
Algunos de estos factores son:
- El creciente uso de la tecnología
- Las redes sociales y la segunda vida "digital
- Menos tiempo cara a cara con los que nos rodean y debilitamiento de las habilidades sociales e interpersonales.
- La creciente dependencia de las adicciones, incluidas las adicciones al alcohol, la comida, el trabajo, el juego, las drogas, el sexo, etc.
- Estrés competitivo
- Estrés por el cambio climático
La infelicidad social no es algo que podamos resolver, al menos no de la noche a la mañana, ni siquiera en unos pocos años.
Sin saberlo ni proponérnoslo, hemos creado un mundo en el que la infelicidad parece haberse convertido en nuestra configuración por defecto, haciendo que cada día sea más pesado y difícil de afrontar.
Pero volver a cambiar el mundo no es la respuesta, sobre todo cuando no podemos circunscribirlo a una sola cuestión.
La mejor forma de empezar a alejarnos de la infelicidad es aceptar que el mundo puede hacernos infelices de forma natural, y ahora -como personas- es nuestra responsabilidad trabajar activamente para conseguir una vida feliz.
Los cambios en nuestra mentalidad, en nuestros hábitos y en nuestra perspectiva son cambios que podemos controlar, así que por ahí es por donde tenemos que empezar cuando se trata de entender nuestra infelicidad y, en última instancia, de curarla.
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Por qué la infelicidad está más extendida que nunca
Al estudiar la crisis moderna de la infelicidad, tanto a nivel social como individual, es importante plantearse la siguiente pregunta: ¿somos realmente más infelices que nunca, o simplemente disponemos de los recursos necesarios para estudiar y evaluar nuestra infelicidad de un modo que las generaciones anteriores no tenían?
Por ejemplo, ¿tenía la gente de la Edad Media el mismo tiempo para preocuparse y pensar en su felicidad o infelicidad que nosotros hoy?
Y saberlo, ¿hace que nuestra infelicidad sea menos problemática?
¿Es nuestra infelicidad simplemente el resultado de las condiciones que hemos creado en el mundo moderno?
E incluso si lo es, ¿eso trivializa su existencia?
A principios del siglo XX, el filósofo Bertrand Russell se planteó estas preguntas y trató de entender por qué, según se decía, la gente era más infeliz que las generaciones anteriores.
Creía que sus colegas filósofos habían abrazado la infelicidad en un acto de "esnobismo intelectual", en el que escritores, filósofos y otras personas cultas de su entorno habían aprendido a sentirse "orgullosos de su infelicidad".
¿Cómo?
Porque creen que su infelicidad demuestra que forman parte de una élite culta lo bastante inteligente como para descubrir el sinsentido y la soledad de la condición humana.
Pero Russell creía que esta mentalidad era patética y argumentaba que, frente a un mundo que empujaba a la gente a la infelicidad, el verdadero acto del que uno debe sentirse orgulloso es lograr un estado de felicidad contra todo pronóstico.
Así que Russell trató de comprender los aspectos del mundo moderno que conducían a la gente a la infelicidad, y en su obra de 1930 La conquista de la felicidad, hizo exactamente eso: evaluar las diferencias entre la sociedad moderna y la premoderna y cómo éstas conducían a la infelicidad de la sociedad.
He aquí las causas modernas de la infelicidad que Russell destacó:
1. Falta de sentido
El sinsentido es realmente un dilema moderno. A medida que aprendimos a estudiar y comprender el mundo y el universo que nos rodea, también aprendimos lo diminutas y sin sentido que eran nuestras vidas en el gran esquema de las cosas; y este sinsentido podría atribuirse a la sensación de: "¿Por qué debería siquiera intentarlo?".
Esta angustia existencial es lo primero que tenemos que superar, y saber cómo encontrar sentido en un universo al que, en última instancia, no le importa que existamos.
2. Competencia
El paso a las sociedades capitalistas en todo el mundo supuso que la competencia se convirtiera en uno de los aspectos más importantes de nuestras vidas. Competimos en términos de logros, salarios y las cosas que poseemos.
Esto nos llevó al individualismo y a centrarnos en el autocrecimiento y la autorrealización, y aunque estos son pasos positivos en nuestro autodesarrollo, también condujeron consecuentemente a una desconexión natural con los que nos rodean.
3. Aburrimiento
La Revolución Industrial nos salvó de trabajar en campos y fábricas realizando tareas interminables para sobrevivir, pero también nos dio algo que las generaciones anteriores nunca tuvieron: tiempo de sobra para pensar y aburrirse.
Este aburrimiento viene acompañado de la pérdida de objetivos, que se suma a la pérdida de sentido.
4. Fatiga
La fatiga es una cuestión puramente moderna porque es un tipo de agotamiento con el que nuestros antepasados nunca tuvieron que lidiar.
Un trabajo duro y agotador puede hacerte sentir realizado y exhausto al final de una larga jornada, pero muchos de nosotros ya no participamos en ese tipo de trabajo.
En cambio, hacemos jornadas agotadoras de 8 a 12 horas en una oficina o detrás de un escritorio, realizando un esfuerzo mental continuo mientras nuestros cuerpos permanecen estancados.
Esto lleva a una desconexión entre nuestra mente y nuestro cuerpo: estamos agotados por la fatiga mental mientras que nuestro cuerpo siente que no ha trabajado ni un minuto.
En última instancia, esto hace que el cerebro tenga una sensación confusa de si debe sentirse cansado o no, dejándole inquieto y agotado al mismo tiempo.
5. Envidia
Aunque Russell no lo sabía entonces, su descripción de la envidia como un problema moderno que conduce a la infelicidad refleja las discusiones contemporáneas en torno al FOMO (Fear Of Missing Out) y los celos en las redes sociales.
Aunque podemos conectar de más formas que nunca, también acabamos sintiéndonos desconectados de quienes nos rodean, porque queremos lo que ellos tienen pero no podemos tenerlo nosotros.
Acabamos comparando nuestras vidas con las suyas y nos sentimos insatisfechos porque no hemos alcanzado sus cotas.
6. Culpa y vergüenza, manía persecutoria y opinión pública
Los tres últimos puntos de Russell tienen que ver con lo que los demás piensan de nosotros: la culpa y la vergüenza, la manía persecutoria (o ensimismamiento y la idea de que la gente piensa de nosotros negativa o positivamente) y la opinión pública.
Son cuestiones modernas porque ahora vivimos en comunidades más grandes y más conectadas que nunca.
Ya no tenemos que preocuparnos sólo de los pensamientos y juicios de nuestra familia, vecindario y pueblo; ahora tenemos que pensar en la posibilidad de que todo el mundo en las redes sociales nos juzgue negativamente.
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Infelicidad VS Depresión: conocer la diferencia
Con la infelicidad y la depresión en máximos históricos, ¿cómo saber si uno es infeliz o está deprimido?
¿Se trata simplemente de una cuestión semántica y de qué palabra prefiere utilizar, o existen diferencias reales entre la infelicidad y la depresión?
Según los psiquiatras clínicos, hay diferencias importantes entre lo que se considera infelicidad y lo que se considera depresión.
Aunque hay cierto solapamiento, existen líneas clave entre ambas.
Infelicidad
La infelicidad suele ir acompañada de sentimientos de entumecimiento, vacío y desinflamación.
Palabras como abatido, apesadumbrado, miserable, sin alegría, deprimido y, a veces, deprimido son estados con los que uno puede identificarse.
La infelicidad puede incluir tanto los sentimientos de negatividad tras un acontecimiento estresante -una ruptura, la muerte de un familiar o la pérdida del trabajo- como la infelicidad crónica que rodea a la sensación de que la vida es difícil y de que uno tiene poco control sobre las cosas que le ocurren.
Depresión
Aunque la depresión también va acompañada de vacío y entumecimiento, la depresión diagnosticable también incluye síntomas fisiológicos, como aumento de la fatiga, cambios en el apetito y trastornos del sueño.
También puede experimentar problemas de memoria y disminución de la concentración.
Por último, te resultará difícil encontrar la motivación para hacer las cosas que te gustan y podrías tener pensamientos suicidas hasta que consigas la ayuda que necesitas.
En pocas palabras, la depresión es un tipo de infelicidad extrema, que puede tener factores genéticos subyacentes.
La medicación antidepresiva es casi siempre necesaria para ayudar a curar o aliviar clínicamente la depresión, porque en ella influye mucho un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro, mientras que la infelicidad puede atribuirse a una mentalidad psicológica más que a otra cosa.
¿Eres adicto a la infelicidad?
Asumimos de forma natural que todos estamos configurados para perseguir el placer y evitar el dolor; que la felicidad es la meta que buscamos alcanzar de forma natural, y la infelicidad es algo que nos esforzamos por dejar atrás.
Pero en realidad esto no es cierto, ya que algunos de nosotros nos deleitamos en el estado de infelicidad, persiguiéndolo y jactándonos del estado de tenerlo.
Los psiquiatras no saben a ciencia cierta qué hace a la gente adicta a la infelicidad.
Algunos creen que en realidad no se trata de una adicción a la infelicidad, sino de una adicción a la familiaridad del sentimiento de insatisfacción.
Otras explicaciones de la adicción a la infelicidad son:
1. Las luchas de toda la vida con experiencias negativas y traumáticas crean una necesidad inconsciente de volver a la negatividad familiar.
2. Algunos de nosotros creemos que sentirse feliz es de ignorantes debido a la cantidad de asuntos y problemas que existen en el mundo, por lo que la infelicidad debería ser la norma.
3. Algunos utilizan la insatisfacción y la infelicidad para ser mejores personas, llevar una vida más sana y esforzarse más por alcanzar sus objetivos.
4. Temen la felicidad porque creen que al final las cosas acabarán decepcionándoles, así que evitan decepcionarse no siendo nunca felices para empezar.
5. Creen que la infelicidad es más realista y práctica, y se sienten orgullosos de sus emociones más sensatas.
6. Los estilos de crianza negativos enseñan a las personas expectativas poco realistas de sí mismas, lo que significa que nunca podrán alcanzar sus propios objetivos.
7. Problemas de autoestima e inseguridad que hacen creer a las personas que no merecen la felicidad.
8. La felicidad puede asustar a quienes no están acostumbrados a ella, por lo que evitan las cosas que podrían hacerles felices.
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¿Crees que tú o alguien que conoces puede ser adicto a la infelicidad?
He aquí algunas características evidentes de las personas que son crónicamente infelices:
1) Necesitan ser desgraciados:
Para las personas infelices, no hay nada más aterrador que la vida "se ponga demasiado buena".
Puede que acaben de conseguir un ascenso, un nuevo trabajo, una relación estupenda o cualquier otra cosa, pero se centrarán en uno o unos pocos pequeños aspectos negativos de su vida para ponerse de mal humor.
No saben apreciar la vida y, en cambio, siempre intentan encontrar formas de amargar su propio estado de ánimo.
2) Siempre compiten con los demás
Siempre necesitan ser la mayor víctima de la sala.
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Cuando otras personas empiezan a recibir atención por sus propias circunstancias difíciles, las personas infelices tienen que volver a atraer la atención hacia ellas, demostrando que son las mayores víctimas (y que nunca asumirán la responsabilidad de sus problemas).
3) No pueden recuperarse
Todos sufrimos reveses, y todos tenemos que volver a levantarnos e intentarlo de nuevo. Pero las personas infelices magnifican los reveses e intentan construir toda su vida en torno a ellos.
Utilizan los contratiempos para justificar su pésima mentalidad y se esclavizan a sus propias emociones negativas. En muchos casos, sólo son excusas para dejar de intentarlo o de salir de su zona de confort.
4) Caen en comportamientos compulsivos y adictivos
Las personas infelices no suelen tener mucha fuerza de voluntad, por lo que también son propensas a caer en comportamientos compulsivos y adictivos.
Saltan de una distracción a otra como forma de escapismo de su "difícil" vida, y suelen tener problemas para controlar sus relaciones con las drogas, la comida, el alcohol y el sexo.
5) Están muy influenciados por las emociones presentes
No importa lo buena que haya sido su semana; si un solo acontecimiento malo altera su estado de ánimo, olvidará todo lo positivo de su vida y arremeterá como si se acabara el mundo.
Esto les lleva a tener relaciones insatisfactorias, dramáticas y tóxicas, en las que a menudo son emocional y verbalmente abusivos con su pareja por no ser tan infelices como ellos.
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Cómo creas tu propia infelicidad sin saberlo y cómo ser más feliz: 5 patrones mentales a tener en cuenta
Puede que la infelicidad no parezca una elección, pero en muchos sentidos lo es: una elección a largo plazo resultante de una serie de pequeñas elecciones mentales y conductuales que hacemos cada día.
Es importante comprender que la mente y el cuerpo humanos son una máquina, una máquina biológica con sus propias necesidades y requisitos, y que mantener la mente y el cuerpo sanos es esencial para ser feliz.
Creamos nuestra propia infelicidad sin darnos cuenta a través de muchas de las pequeñas cosas que hacemos.
He aquí algunas decisiones mentales y de comportamiento que tomamos y que influyen en nuestra infelicidad:
1. Priorizar la aversión a las pérdidas
Por qué esto te hace infeliz:
Priorizas evitar la negatividad a buscar la positividad. Te preocupas más por tu propio miedo a lidiar con el dolor y la tristeza que por ganar tu propia autorrealización y logro.
Así que vives en tu interior, lo que significa que no has vivido a la altura de tu potencial, y te paralizas al no poner nunca el 100% en nada de lo que haces.
Cómo ser más feliz:
Su mayor temor no debería ser la posibilidad de fracasar, sino la posibilidad de no haberlo intentado nunca.
Serás más feliz al final del día sabiendo que saliste y lo diste todo, aunque acabes con los moratones y las ampollas del intento.
Lo consigas o no, al menos en tus intentos sientes lo que significa estar vivo.
2. Centrarse en las pequeñas cosas
Por qué esto te hace infeliz:
Te preocupas demasiado por cosas que en realidad no importan. Disputas y riñas mezquinas, rencores sin sentido, competiciones inútiles que no le importan a nadie más que a ti.
Ver también: Análisis del Lifebook (2023): ¿Merece la pena dedicarle tiempo y dinero?Puedes malgastar años y décadas de tu vida centrándote en las pequeñas cosas tóxicas y sin sentido, y toda tu mentalidad puede ser consumida por la negatividad que se alimenta de tu propia insistencia en ser infeliz.
Cómo ser más feliz:
Deja a un lado las pequeñas cosas y mira la única y gran imagen que importa: algún día morirás y todo esto habrá terminado.
Tus inseguridades, tus pequeñas heridas, tus voces tóxicas en el fondo de tu mente... todo eso no significará nada, y si te pasas la vida haciéndoles caso en lugar de vivir la vida que quieres vivir, entonces todo habrá desaparecido antes de que tengas la oportunidad de vivirla.
3. Pasividad e indecisión
Por qué esto te hace infeliz:
Odias la idea de tener demasiada libertad porque siempre te preocupa si estás tomando la decisión correcta o no.
No sabes si debes hacer esto o aquello, así que al final acabas viviendo la vida de forma pasiva, yendo donde te lleva el viento, pero en muchos casos el viento no te lleva a ninguna parte, así que vives una vida sin incidentes.
Nunca aprendes a lidiar con la ansiedad y la preocupación de tomar decisiones importantes, así que simplemente las evitas, lo que te lleva a una vida aburrida, sin interés y sin motivación.
Cómo ser más feliz:
Agarra la vida por el cuello y abraza cada decisión que tengas que tomar.
Date cuenta de que, en la mayoría de los casos, no hay una decisión correcta o incorrecta: siempre que hagas lo que te parezca correcto y pongas todo tu empeño en ello, esa decisión será positiva para tu vida.
Deja de ser indiferente al mundo que te rodea; opina, elige y preocúpate por las cosas.
Puede que te lleve al dolor y a la lucha, pero todo eso vendrá acompañado de un sentido de propósito y significado, que en última instancia te traerá la felicidad.
4. Tener baja autoestima
Por qué esto te hace infeliz:
La baja autoestima puede ser un problema difícil de tratar y no tiene solución de la noche a la mañana.
Pero si nunca aceptas que tienes baja autoestima y valoración personal, nunca darás los pasos necesarios para solucionarlo.
Tu vida carecerá de sentido, porque no tendrás la sensación de haber contribuido al mundo o a la comunidad que te rodea, y nunca sentirás que has encontrado tu propio lugar en el mundo.
Ver también: 31 grandes señales de que te quiere pero tiene miedo de admitirloCómo ser más feliz:
Trabaja para aumentar tu autoestima, y la mejor forma de hacerlo es empezar a centrarte en las cosas que te harían sentir orgulloso de ti mismo.
Pierde peso, amplía tus estudios, ve al gimnasio y siéntete mejor con tu cuerpo, o dedícate a una afición o a una organización que te interese de verdad.
Conviértete en alguien a quien puedas amar, y tu felicidad fluirá después de ti de forma natural.
5. Preocuparse por el control
Por qué esto te hace infeliz:
Tienes una obsesión por el control, y aunque esto puede convertirte en un buen gestor o líder de equipo, también te dificultará aceptar la mayor parte de lo que la vida te ofrece si nunca aprendes a relajarte.
El control es una ilusión: aunque puedas controlar lo que desayunas o cómo te enfrentas a tus tareas diarias, nunca podrás controlar lo inesperado.
Una ruptura inesperada, un viejo amigo que vuelve del pasado o una muerte en la familia: todo esto y mucho más está fuera de tu control.
Cómo ser más feliz:
Cuanto más te preocupes por el control, más tiempo estarás descontento con tu vida. Aprende a aguantar los golpes y a vivir con los baches y las sorpresas inesperadas.
El azar y las probabilidades forman parte de la vida, y son parte de lo que la hace tan asombrosa.
¿De verdad querrías saber exactamente lo que te va a pasar el resto de tu vida?
Por supuesto que no, y esa maravilla y ese entusiasmo -incluso cuando las cosas no siempre salen como uno quiere- hacen que la vida sea lo que es.
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5 pautas de comportamiento que hay que abordar
6. Permanecer en casa
La naturaleza y el aire libre son importantes para nuestra salud mental. Las personas que pasan más tiempo en la naturaleza tienen menos estrés, un sistema inmunitario más fuerte y un mayor funcionamiento cognitivo.
7. Caer en las adicciones
Permitir que tu mente y tu cuerpo sean víctimas de la dependencia de las drogas y el alcohol conlleva una serie de consecuencias negativas, como irritabilidad, insomnio, dolor físico, disminución de la energía, fatiga y mucho más.
8. Fallar a tu cuerpo
El cuerpo necesita actividad, pero hoy en día es fácil pasar por la vida cotidiana sin hacer nada físico.
Los estudios han descubierto que las personas inactivas tienen el doble de probabilidades de mostrar signos de infelicidad que las activas.
9. No dormir lo suficiente
Al igual que el ejercicio físico, el sueño también es muy importante para regular el estado de ánimo.
Tus emociones pueden desbocarse sin un sueño regular adecuado y constante, porque éstas son las horas esenciales que tu cerebro necesita para resetearse y cargarse por completo.
10. Aislarse
Por mucho que te consideres una persona introvertida, los seres humanos somos criaturas sociales por naturaleza.
Aislarse del resto del mundo puede afectar considerablemente al estado de ánimo y a la salud mental, por eso es tan importante entrar en contacto en persona con otras personas, aunque sólo sea a través de interacciones sencillas y rápidas.
No ser infeliz: aprender a vivir feliz
La felicidad es una elección, y también lo es la infelicidad. La vida puede ser insoportable y dolorosa, y en nuestros días más oscuros la pena y la infelicidad son estados de los que nunca podemos escapar.
Pero permitir que esos días oscuros se conviertan en toda nuestra vida es una elección que hacemos, lo reconozcamos o no.
Reconozca que la infelicidad es algo que puede haber empezado a fomentar en algún momento, y aprenda a vivir con el objetivo de volver a ser feliz.
Y parte de esto significa reevaluar lo que la felicidad significa para usted: ¿es la felicidad emoción y asombro, o es paz y estabilidad?
Averigua cuál es tu felicidad y levántate cada día con la intención de avanzar hacia ella.
5 cosas que puedes hacer cada día para ser más feliz en la vida
He aquí algunos hábitos que me ayudaron a ser más feliz en la vida. La clave es que no necesitas hacer grandes cambios en tu vida.
Resulta que ser feliz es algo que se puede hacer en casa. Prueba estas cinco cosas para ser más feliz:
1. Meditar
La meditación es una parte importante de la felicidad. Ser consciente y vivir el momento te convierte en una persona más feliz y sana. Pero la meditación asusta a mucha gente.
Sentarse y despejar la mente parece imposible, sobre todo cuando se está abrumado por la vida.
Meditar puede hacerse en sólo unos minutos al día. Y gracias a las distintas aplicaciones, como Calm y Headspace , y a sitios online como YouTube, puedes hacer meditaciones guiadas en tan sólo cinco minutos.
Puede ayudarte a vivir el momento, apreciar lo que tienes y enseñarte habilidades para procesar mejor los acontecimientos de tu vida.
(Para aprender más técnicas de meditación que te ayuden a vivir el momento presente, consulta el eBook de Life Change: El arte de la atención plena: guía práctica para vivir el momento).
2. Salir al exterior
¿Sabe cuando respira profundamente aire fresco? Salir al aire libre es bueno para usted. No sólo aumenta sus niveles de vitamina D (que es importante para ser feliz), sino que también reduce el estrés.
Salir al aire libre sólo 20 minutos al día puede suponer un gran cambio, y los estudios demuestran que la felicidad alcanza su punto máximo a 57°F, así que ni siquiera hace falta que sea verano.
Intenta dar un paseo antes de ir a trabajar o durante la pausa para comer. Si no quieres caminar, relájate en un banco del parque o en la hierba. No hace falta mucho tiempo.
3. Ejercicio
Ah, el temido ejercicio. Ya estás ocupado y no puedes imaginarte añadiendo otra cosa que hacer. Pero lo bueno es que puede que no te lleve mucho tiempo.
De hecho, las investigaciones demuestran que un entrenamiento de siete minutos puede ser todo lo que necesitas para obtener los beneficios para la salud mental que te hagan más feliz.
Todo el mundo puede caber en siete minutos, e incluso hay entrenamientos de siete minutos diseñados para ello.
4. Dormir
¿Sabía que incluso una hora menos de sueño puede afectar a su salud? Es hora de rediseñar su sueño.
Duerme la siesta, duerme entre siete y ocho horas y gestiona mejor tu tiempo para que dormir sea una prioridad. Si tienes problemas para dormir, intenta mejorar tu habitación para conciliar el sueño.
Utilice cortinas opacas, no utilice el teléfono antes de acostarse y mantenga la habitación fresca y cómoda para favorecer el sueño.
5. Sé agradecido
Resulta que tu perspectiva lo es todo. Tienes que estar agradecido por lo que tienes, y éste puede ser un hábito difícil de aprender.
Como estamos acostumbrados a la gratificación instantánea, nos cuesta dar las gracias por todo. Si hay algo que puedes hacer, es aprender a dar las gracias.
Los diarios de gratitud pueden ayudar, pero la atención plena es lo más importante que puedes hacer. Verás que cuantas más cosas busques para estar agradecido, más cosas encontrarás.
Empieza por lo pequeño: cuando alguien haga algo por ti, dale siempre las gracias. Después, busca las cosas normales por las que estás agradecido y en las que quizá no pienses a menudo: tu casa, tu cama, tu teléfono, tu ordenador, tu comida, etc.
El agradecimiento genera gratitud .
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En conclusión
La felicidad no es algo que te sucede, es un estado de ánimo. Tú eliges ser feliz, independientemente de tus circunstancias.
Aunque a veces puede resultar increíblemente difícil, hacer estas cinco sencillas afirmaciones te ayudará a convertirte en una persona más feliz y saludable.