10 señales inequívocas de que alguien está intentando presionarte (y cómo responder)

Irene Robinson 28-09-2023
Irene Robinson

¿Tiene la impresión de que algunas personas intentan meterse en su piel?

Es como si quisieran empezar una pelea contigo. Puede que incluso intenten provocarte para que digas algo de lo que luego te arrepentirás.

Si sospechas que alguien está intentando molestarte deliberadamente, hay cosas que puedes hacer.

Aquí tienes 10 maneras de saber si alguien está intentando presionarte.

1) Te dan golpes bajos

Intentas tomar el camino correcto, pero ellos insisten en jugar sucio.

Entienden tus manías y lo que realmente te molesta, y lo hacen a propósito.

Si sientes que te están atacando, probablemente sea así.

No sólo están siendo groseros, sino que intentan hacerte reaccionar de una manera que te causará problemas y tú lo sabes.

Son los comentarios por debajo del cinturón que, por muy "inocentes" que sean, sabes que se dicen a propósito para intentar picar.

2) Se burlan de ti

El llamado humor puede ser una forma tóxica de intentar sacar de quicio a alguien mientras se disfraza de "simple broma".

Las bromas que se hacen a tu costa o te golpean donde más te duele pueden dejarte avergonzado o expuesto al ridículo.

Es posible que te hayan hecho sentir pequeño por tener un rasgo o característica particular.

Este tipo de comportamiento lo suelen utilizar los acosadores que se sienten inseguros de sus propios defectos.

Hay una gran diferencia entre reírse con alguien y reírse de él.

Cuando alguien intenta presionarte, tienes la clara impresión de que la broma va por ti.

El sarcasmo es otra forma de humor que utiliza la ironía para burlarse de algo.

Pero si crees que alguien utiliza el sarcasmo para intentar herirte, entonces podría estar intentando tocarte la fibra sensible.

3) Intentan hacerte sentir culpable

Al fin y al cabo, intentar presionar a alguien es manipularle.

Quieren jugar con tus emociones en un intento de controlar la situación. Pero el subidón que intentan sacarte no siempre es ira o irritación.

A veces buscan hacerte sentir mal para salirse con la suya.

El botón que quieren apretar es uno que provoque en ti un sentimiento de culpa.

La culpa te hace sentir responsable de los sentimientos de los demás. Te hace querer disculparte cuando no es tu intención. Y te hace querer rendirte cuando no quieres hacerlo.

Quizá hayas oído esto antes: "No sé por qué me molesto en hablar contigo".

Con esta frase, su exasperación pretende hacerte sentir mal por la situación.

4) Se hacen los tontos

Si les llamas la atención por su comportamiento grosero, cruel, ofensivo o francamente irritante y "no saben de qué estás hablando", lo más probable es que en realidad estén intentando sacarte de quicio.

La negación y el encendido de luces de gas en sí mismos son a menudo una forma de intentar controlar a la otra persona, echar la culpa y sacar de quicio.

Saben que si no admiten haber obrado mal, no harán más que dar vueltas en círculo.

Cuando es obvio que algo va mal, pero ellos lo niegan o cuando dicen cosas que son obviamente falsas, todas estas son formas de tocarte la fibra sensible.

5) No dejarán caer puntos dolorosos

No dejan de repetir lo mismo una y otra vez. No dejan de sacar a colación cosas que ocurrieron en el pasado.

Se repiten una y otra vez o sacan a relucir al azar viejos argumentos de hace años. Y no lo dejan caer.

Es casi como si buscaran una justificación para los sentimientos que tienen ahora. Pero a falta de algo nuevo, buscan cualquier excusa para su efusión de frustración.

Intentan convencerte de que estás equivocado, de que no eres razonable, de que no ves las cosas con claridad. Y no pararán hasta que les des la razón.

Sigues teniendo la sensación de que intentan presionarte porque llevan la cuenta.

6) Hacen preguntas insultantes, impertinentes o increíblemente personales.

Este es un ejemplo clásico de presionar tus botones.

Alguien que hace este tipo de preguntas quiere provocarte para que digas algo inapropiado.

Intentan que pierdas la calma, que digas algo que no deberías decir o que hagas algo que realmente no quieres hacer.

También puede ser una forma de ver hasta dónde pueden presionarte. Quizá sólo estén poniendo a prueba tus límites.

Hay normas de conducta no escritas sobre cómo nos comportamos en sociedad, y cuando alguien empieza a preguntarte cosas que francamente no son de su incumbencia, es normal que te pongas nervioso.

7) Son despectivos

El comportamiento despectivo puede ser increíblemente desencadenante para nosotros porque amenaza nuestra necesidad de validación del ego.

Puede presentarse de muchas formas sutiles (o no tan sutiles).

Alguien puede despreciar tus sentimientos, pensamientos, opiniones e ideas.

Puede que te menosprecien y desprecien tus creencias. Puede que te interrumpan cuando hablas. Puede que te ignoren cuando hablas.

Cuando dices algo, pueden responder con un sarcástico "da igual" o decirte que "te calmes".

Ver también: ¿Por qué la gente es tan pesada? Las 10 razones principales

Hay muchas maneras de dirigirse a ti de forma despectiva. Al tratar de atacar tu autoestima, intentan tocarte la fibra sensible.

8) Te hablan con desprecio

Hablar con desprecio a alguien es una de las formas más comunes de sacarle de quicio.

Si alguien te habla con desprecio, es casi como si te dijera que eres estúpido, ignorante o inferior.

Es un intento de hacerte sentir mal contigo mismo.

Puede que te hablen de forma superior o condescendiente.

Pueden intentar invalidarte a ti, a tus ideas o a tus opiniones diciéndote que estás equivocado.

Puede ser un comentario como "no te preocupes, no lo entenderías". Puede que se burlen o incluso se rían de algo que digas.

A nadie le gusta que le hablen con desprecio, todos queremos que nos traten por igual, así que es una forma segura de sacar de quicio a cualquiera.

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    9) Utilizan información privilegiada en su contra

    A menudo ocurre que las personas que mejor nos conocen y a las que más queremos pueden sacarnos de quicio como nadie.

    Los ejemplos clásicos son los miembros de nuestra familia o nuestras parejas.

    Conocen nuestros puntos débiles y nuestras inseguridades.

    Conocen todas las formas de provocarnos y las utilizan. En resumen, saben mejor que nadie lo que te motiva.

    Cuando utilizan esta información privilegiada contra nosotros es con la intención de golpearnos donde más nos duele y tocar botones.

    10) Son pasivo-agresivos

    Se manifieste como se manifieste, el comportamiento pasivo-agresivo siempre consiste en descargar frustraciones contra alguien.

    No se atreven a abordar directamente el verdadero problema, pero tampoco pueden dejarlo pasar.

    Así que en vez de eso encuentran pequeñas formas de vengarse de ti.

    Tal vez no se enfrenten directamente a ti, sino que intenten socavarte por medios indirectos.

    Por ejemplo, pueden criticarte sutilmente a tus espaldas o darte la callada por respuesta.

    Puede que actúen como si no hubiera pasado nada, pero de repente empiezan a comportarse de forma diferente contigo.

    Ver también: Qué significa que sueñes con un desconocido enamorado de ti: 10 interpretaciones

    En cualquier caso, la pasividad-agresividad siempre consiste en vengarse de alguien. Y normalmente se hace de forma indirecta, en un intento de obtener un aumento por tu parte.

    ¿Cómo tratar a los que aprietan los botones?

    Asuma plenamente su responsabilidad

    Sé que es muy tentador combatir el fuego con fuego.

    Cuando nos sentimos atacados, el primer mecanismo de defensa instintivo de nuestro ego puede ser devolver el mordisco, pero en última instancia esto no sirve a nadie.

    La mejor defensa es no dejar que te afecte. Claro, es más fácil decirlo que hacerlo, pero la clave está en ti.

    A la hora de la verdad, todos debemos recordar algo muy importante:

    Son tus botones para apretar.

    Nadie puede quitarte tu tranquilidad. Está dentro de ti. Requiere que la entregues.

    Conócete a ti mismo, conoce tus desencadenantes y pregúntate por qué te molesta tanto: ¿la amenaza es real o sólo imaginaria?

    En última instancia, no podemos ser víctimas si nos negamos a desempeñar ese papel.

    La realidad es que ésta es la mejor manera de responderles. En primer lugar, porque conservas tu tranquilidad. Pero, en segundo lugar, porque te niegas a darles lo que realmente quieren, que es una reacción por tu parte.

    Reafirme sus límites

    No tienes por qué tolerar comportamientos o palabras inaceptables.

    Puedes ponerles coto antes de llegar al punto de ruptura fijando tus propios límites personales.

    Éstas son las llamadas normas de tu club que la gente debe respetar. Piensa en tus límites como en el portero de discoteca.

    En lugar de esperar a que estalle una pelea, el portero expulsará a los alborotadores al primer síntoma de alteración del orden público.

    Del mismo modo, si tienes unos límites muy claros que haces cumplir, puedes conseguir lo mismo.

    No significa no. No tienes que dar explicaciones y puedes alejarte de una situación.

    Puedes decirles educada pero firmemente cómo te sientes y lo que necesitas de ellos.

    Cambiar de tema

    Admitámoslo, algunas personas pueden ser totalmente despistadas.

    No por ello es menos frustrante, pero puede ser mejor esquivar un enfrentamiento que quizá no sea necesario.

    Puede que tu madre sepa lo que tiene que decir para darte cuerda, pero no se da cuenta de su efecto.

    Tal vez decida sacar a relucir por millonésima vez por qué no has "conocido a alguien y sentado la cabeza todavía".

    En lugar de dejar que te afecte, cambia de tema. Di que prefieres no entrar en ello. Toma el control de la conversación.

    Quítate

    Todos somos humanos, así que por muy zen que intentemos mantenernos, siempre habrá ocasiones en las que alguien consiga sacarnos de quicio.

    Puede que sientas que se te crispa el temperamento.

    Si las cosas se calientan, la retirada puede ser la mejor forma de defensa.

    Sobre todo si sabes que estás a punto de llegar al límite. Irte para recuperar la calma puede ayudar a apaciguar la situación.

    Si te encuentras en una situación incómoda, no dudes en tomarte un tiempo y excusarte.

    Respira hondo y cuenta hasta 5

    Hay una buena razón por la que respirar profundamente y contar son técnicas clásicas de control de la ira.

    Nuestra respiración tiene un impacto increíblemente poderoso en nuestro cuerpo y puede calmar muy rápidamente el sistema nervioso.

    Solía perder los estribos muy rápidamente. Me sentía ansiosa y estresada todo el tiempo. Lo que realmente me ayudó a mantener la calma fue empezar a hacer ejercicios de respiración.

    Recomiendo encarecidamente ver este vídeo gratuito de respiración, creado por el chamán Rudá Iandê.

    Los ejercicios de este estimulante vídeo combinan años de experiencia en respiración y antiguas creencias chamánicas, diseñadas para ayudarte a relajarte y a ponerte en contacto con tu cuerpo y tu mente.

    Después de muchos años de reprimir mis emociones, el flujo dinámico de la respiración de Rudá reavivó literalmente esa conexión.

    Así que si estás listo para decir adiós a la ansiedad y el estrés, echa un vistazo a sus auténticos consejos a continuación.

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    No te lo tomes como algo personal

    Trata de recordar que, cuando alguien intenta presionarte, en el fondo se trata de él y no de ti.

    Están proyectando lo que llevan dentro. La razón por la que intentan obtener una reacción tuya es que quieren exteriorizar emociones que existen en ellos en este momento.

    Si puedes, intenta abordar la situación con compasión. Valora que tú tampoco eres perfecto.

    ¿Alguna vez te has desahogado de mal humor con otra persona? La respuesta es probablemente sí, la mayoría de nosotros lo hemos hecho. ¿Fue siempre intencionado? La respuesta es probablemente no.

    Perdonar y aceptar las imperfecciones de los demás puede requerir una gran fortaleza, pero también te ayudará a mantener la compostura en los momentos más difíciles.

    Irene Robinson

    Irene Robinson es una entrenadora de relaciones experimentada con más de 10 años de experiencia. Su pasión por ayudar a las personas a navegar a través de las complejidades de las relaciones la llevó a seguir una carrera en consejería, donde pronto descubrió su don para los consejos prácticos y accesibles sobre relaciones. Irene cree que las relaciones son la piedra angular de una vida plena y se esfuerza por empoderar a sus clientes con las herramientas que necesitan para superar los desafíos y lograr una felicidad duradera. Su blog es un reflejo de su experiencia y conocimientos, y ha ayudado a innumerables personas y parejas a encontrar su camino en tiempos difíciles. Cuando no está entrenando o escribiendo, se puede encontrar a Irene disfrutando del aire libre con su familia y amigos.