15 maneras de lidiar con alguien que siempre se hace la víctima

Irene Robinson 30-09-2023
Irene Robinson

Hay una persona en tu círculo de amigos que siempre tiene la actitud de "ay de mí".

Culpan a los demás de todo lo que va mal; creen que las cosas malas sólo les ocurren a ellos y no intentan cambiar las cosas porque creen que no tiene sentido.

Sí, esta persona tiene un caso grave de mentalidad de víctima.

Entonces, ¿cómo tratar con esta persona sin rendirse ni perder la calma?

Si estás tratando con alguien que es un caso de mentalidad victimista de manual, sigue leyendo. Este artículo contiene todo lo que necesitas saber para tratar con alguien que siempre tira de la carta de la víctima.

Ver también: 12 grandes señales de que ya no te quiere

¿Qué es la mentalidad de víctima?

La mentalidad de víctima es un término muy utilizado en la cultura popular y en las conversaciones informales para describir a las personas a las que les encanta revolcarse en la negatividad y cargársela a los demás.

Desde el punto de vista médico, no es un término, sino un estigma para describir un rasgo concreto de la personalidad.

Las víctimas suelen expresar mucha negatividad, pero es importante reconocer que el dolor y la angustia significativos son a menudo las causas profundas de su situación.

Como resultado, creen que los demás son los culpables de su miseria y que nada de lo que hagan cambiará las cosas.

En consecuencia, se vuelven vulnerables, lo que conduce a emociones y comportamientos difíciles.

Los principales signos de la mentalidad de víctima

Algunos signos indican que alguien se presenta como víctima.

Evitar la responsabilidad y la rendición de cuentas

Uno de los principales signos prominentes en las personas que tienen una mentalidad de víctima es que evitan a toda costa la responsabilidad y la rendición de cuentas.

Pasan la pelota, ponen excusas y cambian la culpa, pensando que las cosas malas les ocurren sin motivo. Entonces, empiezan a creer que el mundo va a por ellos y que cambiarlo es imposible.

No quieren cambiar (o no pueden)

Las personas procedentes de un entorno victimista son menos propensas a querer hacer cambios. Puede parecer que sólo quieren sentir lástima de sí mismas y rechazan las ofertas de ayuda.

Dedicar un poco de tiempo a revolcarse en la miseria no es necesariamente malsano; al contrario, puede ayudar a reconocer y procesar las emociones dolorosas.

No obstante, este periodo debe tener una fecha de finalización. Es más eficaz avanzar en la curación y el cambio después.

Un sentimiento abrumador de impotencia

Sentirse víctima a menudo hace que las personas crean que no eligen cambiar su situación. Sin embargo, a pesar de ello, la vida les sigue deparando situaciones de las que, desde su perspectiva, no pueden escapar ni salir airosos.

Es esencial tener en cuenta la diferencia entre "no querer" e "incapaz" cuando se trata de personas que se sienten desamparadas por las circunstancias.

Algunas víctimas pueden trasladar conscientemente la culpa a otros y ofenderse en el proceso.

Sin embargo, los que no son capaces de avanzar suelen haber experimentado un dolor psicológico muy arraigado que hace que cambiar parezca un imposible. Los que no están dispuestos simplemente utilizan su mentalidad de víctimas como chivo expiatorio.

Autoconversación negativa y autosabotaje

Una mentalidad de víctima puede llevar a interiorizar los mensajes negativos que acompañan a los retos.

Como resultado de la victimización, las personas pueden creer:

- "Parece que todo lo malo me pasa a mí".

- "No puedo cambiarlo, ¿para qué molestarse?".

- "Mi mala suerte es culpa mía".

- "Parece que no le importo a nadie".

Cada nueva dificultad refuerza estas creencias nocivas hasta que se arraigan en su diálogo interno. La autoconversación negativa daña la resiliencia con el tiempo, lo que hace más difícil recuperarse de los retos.

El autosabotaje suele ir de la mano de la autoconversación negativa. Quienes creen en su autoconversación suelen ser más propensos a vivirla. A menudo, la autoconversación negativa obstaculizará inconscientemente cualquier intento de cambio.

Falta de confianza en sí mismo

La baja autoestima y confianza de la víctima puede afectarle y, como consecuencia, sentirse más víctima.

La creencia de que "no soy lo bastante listo" o "no tengo el talento suficiente" puede impedir que las personas desarrollen sus capacidades o identifiquen nuevas aptitudes o habilidades que les permitan alcanzar sus objetivos.

Si se esfuerzan por conseguir lo que quieren pero fracasan, pueden llegar a creer que una vez más son víctimas de las circunstancias. Con su perspectiva negativa, puede resultar difícil ver otras posibilidades, por mucha luz que haya al final del túnel.

Frustración, ira y resentimiento

El bienestar emocional puede verse afectado por una mentalidad de víctima.

Las personas con esta mentalidad pueden experimentar lo siguiente:

- El mundo parece estar en su contra, por lo que se sienten frustrados y enfadados.

- Sentir la impotencia de que nada va a cambiar

- Se sienten heridos cuando piensan que sus seres queridos no se preocupan por ellos

- Enfadado con la gente feliz y con éxito

Las emociones que se acumulan y enconan en las personas que sienten que siempre serán víctimas pueden pesarles mucho. A largo plazo, estos sentimientos pueden conducir a..:

- Rabia excesiva

- Estado de ánimo depresivo

- Exclusión

- Soledad

Cómo hacer frente a la mentalidad de víctima

Sé que es mucho para asimilar, pero ¿cuáles son tus opciones?

Esta persona te importa y no puedes ignorarla sin más. Al fin y al cabo, te admira. Entonces, ¿cómo tratarla?

Si estás luchando con un ser querido o un familiar que siempre tira de la carta de la víctima, he aquí cómo puedes ayudarle sin agotarte mental y físicamente.

1) Ser empático

Reconocer que han sufrido acontecimientos traumáticos en el pasado y expresar empatía.

Afirmaciones reconfortantes, como te oigo, me imagino lo que se siente o, me identifico, pueden ayudar mucho a que se sientan apoyados.

Vaya un paso más allá, póngase en su lugar y facilíteles las ideas que tiene basadas en si usted fuera ellos.

Puedes decir: "Es terrible que tengas que enfrentarte a esto". Estoy aquí para ayudarte si lo necesitas".

2) No te muestres crítico.

Se abren a ti porque confían en ti y se sienten cómodos contigo, así que permíteles que digan su verdad sin sentirse juzgados ni avergonzados.

Evita decir cosas como "¿Por qué has hecho eso? Es muy común" o "No me pillarían ni muerta con XYZ... ya te haces una idea". En su lugar, utiliza más el lenguaje de la "yo" y evita decir "tú".

3) Aclare su papel

Hazles saber que estás escuchando desde la perspectiva de un extraño.

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    Estás ahí para ayudar y no para decidir qué está bien y qué está mal. Tampoco estás ahí para hacer de árbitro.

    Esto te ayudará a no dejarte arrastrar por la emoción, sino simplemente a escuchar y responder como lo haría una persona ajena a la situación.

    4) Permita que se desahoguen

    Aunque puede ser agotador para ti, conseguir que se desahoguen es el mejor paso adelante.

    Deja que se desahoguen y que te cuenten todo lo que les preocupa, así sentirán que les apoyas y que confías en ellos.

    Además, mientras estén hablando, no les interrumpas, sino que utiliza la comunicación no verbal, como asentir en señal de reconocimiento y los rasgos faciales, para demostrarles que les estás escuchando atentamente.

    Podrías decir algo como: "No puedo solucionarte el problema, pero puedo ayudarte a superarlo".

    5) Establezca límites

    Esto es muy importante cuando se trata de alguien que tiene mentalidad de víctima.

    Por el bien de ambos, es necesario establecer límites y normas claras en torno a los puntos apropiados para la discusión, las opiniones personales y demás.

    Tienes que aclarar con qué te sientes cómodo y con qué no te sientes cómodo hablando porque, en cualquier momento, alguien puede entrar en este territorio minado.

    Pero, ¿cómo establecer límites y fomentar una relación más sana?

    La verdad es que hay que empezar por dentro:

    La relación que tienes contigo mismo.

    Sólo entonces podrás enfrentarte a un manipulador o a una relación difícil.

    Lo aprendí del chamán Rudá Iandê. En su genuino vídeo gratuito sobre cómo cultivar relaciones sanas, te da las herramientas para plantarte en el centro de tu mundo.

    Ver también: ¿Qué significa soñar que alguien te deja sin despedirse?

    Aborda algunos de los principales errores que la mayoría cometemos en nuestras relaciones, como los hábitos de codependencia y las expectativas malsanas. Errores que la mayoría cometemos sin darnos cuenta.

    Entonces, ¿por qué recomiendo los consejos de Rudá que cambian la vida?

    Bueno, utiliza técnicas derivadas de antiguas enseñanzas chamánicas, pero les da su propio toque moderno. Puede que sea un chamán, pero sus experiencias en el amor no fueron muy diferentes a las tuyas y a las mías.

    Hasta que encontró la forma de superar estos problemas comunes. Y eso es lo que quiere compartir contigo.

    Así que si estás listo para hacer ese cambio hoy y cultivar relaciones sanas y amorosas, relaciones que sabes que mereces, echa un vistazo a sus consejos sencillos y genuinos.

    Haga clic aquí para ver el vídeo gratuito .

    6) Mantén una conversación ligera.

    Haz muchas preguntas de sondeo para asegurarte de que la persona está pensando con claridad. Algunos buenos ejemplos de preguntas de sondeo son:

    "¿Qué es lo que mejor sabes hacer?"

    Cuando echa la vista atrás, ¿cuáles fueron algunas de las cosas que hizo bien?

    Al hacer estas preguntas abiertas, es más probable que se abran y le den más información.

    7) Inyecte sentido del humor en la conversación

    Si es apropiado hacerlo, utiliza el humor para hacer la conversación más llevadera.

    Puedes burlarte de la situación o del problema salpicando las cosas con un poco de humor.

    Conocerás el umbral invisible que no se debe cruzar, así que asegúrate de no pasarte.

    Demasiado humor puede hacerles sentir que no les tomas en serio o que crees que su problema no es grave.

    8) Alentar, no aconsejar.

    Ayúdales y anímales a resolver las cosas y, además, no les endulces las cosas.

    Ofrézcales ayuda para encontrar soluciones, pero no intente protegerles de los malos resultados.

    En lugar de decirles lo que tú harías en esa situación, ayúdales a identificar objetivos realistas que puedan ayudarles a darle la vuelta a la situación.

    9) No te dejes arrastrar por las discusiones.

    Antes de iniciar cualquier conversación, asegúrate de que estás bien preparado y no te dejes arrastrar por dinámicas destructivas.

    Recuérdales que estás aquí para ayudar y que discutir no beneficiará a nadie.

    "Sé que esto es importante y a mí también me importa, pero parece que estamos dando vueltas en círculo. ¿Lo retomamos más tarde?".

    10) Hable de los hechos.

    Las personas que se ven a sí mismas como víctimas a menudo intentarán contar su versión de lo sucedido y a menudo ignorarán la información objetiva de que disponen.

    Si ves que esto ocurre a lo largo de la conversación, infórmales amablemente sobre los hechos que estás comentando, lo que les hará volver a lo esencial.

    11) No tome partido

    Asegúrese de ser objetivo y ayúdeles a identificar comportamientos poco útiles, como echar la culpa a otros, quejarse o no asumir responsabilidades.

    Evite a toda costa verse arrastrado a una batalla de "él dijo, ella dijo" porque no es más que contraproducente.

    Una situación de "él dijo, ella dijo" no va a ayudar a nadie aquí.

    12) Evite las etiquetas

    No les taches de víctimas, ya que esto empeorará la situación. Lo más probable es que ya sepan que están atrapados en una mentalidad victimista.

    Apelan a ti para que les ayudes, así que no le pongas una etiqueta si quieres empeorar las cosas.

    13) No digas cosas de las que te puedas arrepentir

    Al fin y al cabo, han acudido a ti para que les guíes, y si te pones irritable o te enfadas y dices algo en caliente, lo más probable es que arruines su confianza en ti.

    Por muy agotador que sea, tienes el deber de ayudar a esa persona, así que debes hacer lo posible para que mejore.

    14) Sé la voz de la razón.

    A menudo, las personas que tienen mentalidad de víctimas no razonan y hablan desde el miedo.

    Lo que tienes que hacer es influir en ellos para que actúen de forma más racional. Con esta influencia, puedes ayudarles a profundizar y obtener una visión más significativa de por qué se sienten de una determinada manera.

    15) No te pongas a su nivel, sé auténtico.

    Tratar con alguien que tiene mentalidad de víctima puede ser francamente agotador. Tendrás que cuidar continuamente tus palabras y navegar por la conversación sin hacer explotar una mina.

    Evita enredarte en discusiones sin importancia y haz saber que tú diriges la conversación.

    También puedes sentir la tentación de tirar la toalla y rendirte.

    Necesitan tu ayuda y tú eres la mejor persona para el trabajo. Sé quien eres, no digas las cosas simplemente porque crees que quieren oírlas. Ayúdales con honestidad y con un corazón genuino y sincero.

    Conclusión

    No existe un enfoque único ni una píldora mágica que pueda ayudar a alguien con este problema.

    Si estás luchando para hacer frente a la mentalidad de víctima de un ser querido, debes demostrarle que te preocupas por él y que le apoyas, aunque ello implique participar en estas conversaciones y situaciones tan agotadoras.

    Después de todo, si un amigo o un ser querido está en un estado constante de miseria, se siente impotente y atascado, lo que sin duda le afectará negativamente a usted al final del día.

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    Irene Robinson

    Irene Robinson es una entrenadora de relaciones experimentada con más de 10 años de experiencia. Su pasión por ayudar a las personas a navegar a través de las complejidades de las relaciones la llevó a seguir una carrera en consejería, donde pronto descubrió su don para los consejos prácticos y accesibles sobre relaciones. Irene cree que las relaciones son la piedra angular de una vida plena y se esfuerza por empoderar a sus clientes con las herramientas que necesitan para superar los desafíos y lograr una felicidad duradera. Su blog es un reflejo de su experiencia y conocimientos, y ha ayudado a innumerables personas y parejas a encontrar su camino en tiempos difíciles. Cuando no está entrenando o escribiendo, se puede encontrar a Irene disfrutando del aire libre con su familia y amigos.