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Has dado demasiado: tu tiempo, tu dinero, tu energía y tus emociones. Y no tienes ni idea de si necesitas seguir así.
Como tú, puedo sentir lo agotador que puede ser. A veces tengo miedo de que el mundo se derrumbe sin ti.
Éstas son las señales a las que debes prestar atención, pues ya estás dando demasiado de ti.
Permítanme también compartir lo que pueden hacer para ayudar a aligerar esa carga y el agotamiento.
15 señales que revelan que estás dando demasiado
Se supone que en una relación sana hay que dar y recibir, pero la mayoría de las veces sólo eres tú quien "da".
Está bien ser generoso y desinteresado, pero dar demasiado y no recibir nada a cambio puede calarte el alma.
Y es muy fácil caer en la zona de bandera roja cuando tu naturaleza atenta y complaciente se vuelve malsana.
1) Estás emocional y físicamente agotado
Pareces cansado. Tu alma se siente empapada.
No sólo estás un poco agotado, sino que tu energía parece estar ya empapada. Incluso hay un latido de resentimiento desconocido que te envuelve.
Por mucho que descanses, no consigues deshacerte de estas sensaciones. Ni siquiera tomándote unas vacaciones de fin de semana consigues refrescarte.
¿Tiene ganas de no levantarse de la cama porque ya no le queda nada que dar? ¿Tiene la sensación de que le tiran de demasiadas direcciones, de que no sabe adónde ir?
Entonces, ten cuidado, ya que estás experimentando un desgaste de generosidad.
2) Te sientes controlado
Es tu vida y debes ser tú quien la dirija.
Pero cuando das demasiado de ti mismo, parece que otra persona está tomando el control sobre ti. Y esto es lo peor que uno puede sentir.
Ahora te sientes indefenso, como si sólo fueras una marioneta en un hilo, lo cual es una señal de alarma, ya que podría significar que se están aprovechando de ti.
Estás en una relación malsana y unilateral, ya que la forma en que te manipulan te domina.
¿Qué puede hacer al respecto?
Déjame decirte que puedes cambiar esto.
En realidad, podemos remodelar la situación para crear vidas plenas que estén en consonancia con lo que más nos importa.
La verdad es que:
Una vez que eliminamos el condicionamiento social y las expectativas poco realistas de nuestra familia, amigos, pareja, incluso lo que la sociedad ha puesto en nosotros, los límites de lo que podemos conseguir son infinitos.
Aprendí esto (y mucho más) del chamán de fama mundial Rudá Iandé. En este excelente vídeo gratuito, explica cómo puedes levantar las cadenas mentales para volver al núcleo de tu ser.
Una advertencia: Rudá no le revelará bonitas palabras de sabiduría que ofrezcan un falso consuelo, sino que su increíble enfoque le obligará a mirarse a sí mismo como nunca antes lo había hecho.
Así que si quieres alinear tus sueños con tu realidad y revolucionar tus relaciones con los demás, da el primer paso.
Aquí tienes de nuevo el enlace al vídeo gratuito.
3) Te sientes alejado de las personas a las que ayudas
Antes disfrutabas dándoles todo lo que necesitaban de ti, pero ahora parece que has sobrepasado tu límite.
Estar cerca de ellos ya no te levanta el ánimo, te vuelves indiferente e incluso cínico a la hora de ayudarles.
Incluso te irritas y tiendes a estallar cuando te piden algo.
Cuando sientes resentimiento cada vez que alguien te necesita, es porque estás dando demasiado pero no recibes nada a cambio.
Ver también: 16 señales de que no quiere dejar a su mujer (y cómo hacer un cambio proactivo)4) Todo lo que haces parece mecánico
Sientes que no eres lo suficientemente bueno.
Ya nada te produce alegría y placer. Incluso crees que eres ineficaz en todos los frentes: con tu familia y amigos, con tu pareja, en casa y en el trabajo.
A veces, te ves a ti mismo como un fracasado por no ser capaz de estar a la altura de sus necesidades y estándares.
Cuando te sientes frustrado por la situación en la que te encuentras, entonces sabes que has dado demasiado.
Y nunca dejes que los sentimientos de indignidad te afecten.
Eres valioso y lo que has hecho ya es más que suficiente.
5) Sus necesidades son siempre lo primero
En lugar de pensar en tus necesidades y en hacerte feliz, te ocupas de los demás a expensas de las tuyas.
Aunque no estés cansado de cómo van las cosas, no querrás disgustarles.
Aunque a veces hay que hacer sacrificios personales, hacerlos todo el tiempo ya no es sano.
Adele Alligood, experta en relaciones de EndThrive, comparte que "cuanto más reprimen las personas sus necesidades más deprimidas tienden a estar.
"¿Sientes siempre la necesidad de cuidarles, aunque no se lo merezcan o no te lo pidan? ¿Tienes miedo de que se hagan daño o te preocupa que se vayan si dices "no"?
Y si te das cuenta de que pones a tus seres queridos, tu pareja o tus amigos todo el tiempo, entonces eres una persona que da demasiado.
6) Mantener una relación sólida es tu responsabilidad
Sientes la necesidad de cuidar de los demás que te deja realmente seco.
Crees que eres el único que debe trabajar en la relación y hacer todo el trabajo emocional.
Incluso te disculparás por cosas que no puedes hacer o cuando algo salga mal.
Puede que incluso esperen que lo hagas todo por ellos. Y cuando intentes pedirles que hagan algo, te harán sentir lo más culpable posible a regañadientes.
Si siempre estás haciendo cosas para hacerles felices pero tus esfuerzos no son correspondidos, es probable que estés dando de más.
7) Teme estar solo
¿Te parece que tus amigos o tu pareja se alejan poco a poco? ¿O sientes que su entusiasmo por lo que haces por ellos empieza a desvanecerse?
Cuando llegas a un punto en el que ya les estás mimando, es señal de que das demasiado. Se alejan porque ya no hay emoción.
Pero eliges instalarte en una situación con la que no estás contento.
Sigues esforzándote más por miedo a perderlos. En lugar de dejarlos ir, te esfuerzas más por mantenerlos cerca.
Pero hacer esto tenderá a alejarlos aún más, e incluso hará mella en tu autoestima.
8) Ya no te sientes tú mismo
Parece que falta algo en ti de lo que no tienes ni idea.
¿Se ha perdido en el proceso?
Te has olvidado de quién eres, de tus sueños, de tus objetivos y de lo que te gusta hacer. También puede ser que sigas transigiendo en cuestiones como si vas al gimnasio o pasas tiempo con tus amigos o tu pareja.
Antes te interesaban muchas cosas, pero ahora te has encontrado sin nada. Quizá también has dejado de lado todas las cosas que antes eran importantes para ti.
Si esto ocurre, está claro que has dedicado demasiado tiempo a dar a los demás y muy poco a recibir algo a cambio.
9) Siempre quieres agradar a la gente
¿Pasa mucho tiempo preocupado por lo que su familia, sus amigos y su pareja piensan de usted?
Pareces ser la persona que quiere asegurarse de que todos los que te rodean son felices y están cómodos. Tienes miedo de enfadar a alguien, de verle desgraciado o de hacer que se enfade.
También puede ser que no dejes de pensar en cómo reaccionarán ante ti.
Tú decides estar de acuerdo y darles lo que quieren.
Pero te perjudicas a ti mismo en favor de los demás, ya que ser un complaciente en serie te hace olvidarte de hablar por ti mismo.
10) Tu vida está llena de vibraciones negativas
Te has convertido en víctima de tus emociones al permitir que te controlen.
Esta es una señal de que le estás dando a la gente demasiado poder en tu vida y, sin saberlo, les permites influir en tus pensamientos, comportamientos y sentimientos.
Sus actitudes, pensamientos y puntos de vista controladores pueden causar estragos en la moral.
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Pero no tiene por qué ser así.
Es importante recuperar tu poder personal y reducir el impacto perjudicial que las personas negativas tienen en tu vida.
Ver también: 11 señales de que eres realmente feliz contigo mismo (y con tu vida)El amor propio y el autocuidado es lo mejor que puedes hacer.
Déjame compartir esto contigo.
Cuando más perdido me sentía en la vida, tuve la oportunidad de ver este insólito vídeo de respiración libre creado por el chamán Rudá Iandê.
Lo recomiendo porque este vídeo me ayudó cuando mi autoestima y confianza tocaron fondo.
¿Por qué estoy tan seguro de que este ejercicio de respiración te ayudará?
Me empoderó y me ayudó a combatir la negatividad que me rodea; y, si a mí me funcionó, a ti también podría ayudarte.
Combinó inteligentemente sus muchos años de práctica de la respiración y el chamanismo para crear este increíble flujo, en el que se puede participar de forma gratuita.
Así que si sientes una desconexión contigo mismo por dar demasiado, te recomiendo que veas el vídeo gratuito de respiración de Rudá.
Haga clic aquí para ver el vídeo.
11) Se siente ignorado
Después de hacerle un gran favor a alguien, esta persona desaparece al instante tras conseguir lo que necesita de ti.
Te excluyen y sólo se comprometen contigo cuando necesitan algo más.
Es como si estuvieran a tu lado porque quieren algo de ti. Sabes que se esfumarán cuando más los necesites.
Sabes que no eres su prioridad y ni siquiera les importa cómo te sientes.
Es una verdad fría y difícil de aceptar, ya que probablemente estás comprometiendo demasiado de ti mismo.
Puede que esto te resulte familiar, ¿verdad?
Las personas a las que consideras "amigos" parecen aprovecharse de tu generosidad. Parece que no puedes confiar en que sean sinceros contigo.
Cuando no puedes confiar en la mayoría de ellos, es señal de que estás siendo demasiado generoso.
12) Te sientes culpable por tener que decir "no".
La palabra "no" no resuena en ti.
Se convierte en un reto para ti rechazarlo sin sentirte mal, ansioso e incómodo por ello.
Parece que no puedes negarte cuando te piden o exigen algo, y a veces tiendes a patearte el trasero cuando las cosas se ponen feas...
¿Cuáles pueden ser las razones?
- Has olvidado defenderte
- Te sientes obligado a hacer cosas por ellos
- Intentas evitar cualquier conflicto
- Sientes que estás siendo egoísta y desconsiderado
- No has reconocido tus propias necesidades
- Quieres caer bien y ser aceptado
Y eres demasiado amable y dar empieza a chupar tu energía y fuerza emocional.
13) Su autoestima está siendo atacada
Dar demasiado de ti mismo sin recibir nada a cambio ha sido perjudicial para tu salud mental.
Tienes dificultades y tu autoestima se resiente porque temes defraudar a los demás. Puede que las personas a las que has ayudado no reconozcan ni aprecien los sacrificios que has hecho.
Tal vez no hayas recibido ninguna respuesta cálida y de apoyo por su parte después de haber dado demasiado de ti.
No es de extrañar que exista esa voz interior que parece decirte que no eres lo suficientemente bueno o digno (¡cuando en realidad sí lo eres!).
Esto le dificulta mantener una actitud positiva hacia el mundo que le rodea.
Es hora de que afrontes esta situación para que puedas dar un empujón a tu autoestima.
Tienes que ser libre para ser tú mismo, ya que éste es el aspecto más esencial de tu autoestima.
14) Tu vida rebosa dramatismo
Todo el mundo parece descargar en ti sus penas, problemas y miserias.
Se abren a ti porque les apoyas, eres compasivo y comprensivo, y siempre haces todo lo posible por complacerles.
Si bien es bueno prestar oídos, sientes que ya no puedes más. Es como si te absorbiera su drama y no te quedaran energías para ocuparte de ti mismo.
Te sientes agotado de escuchar los problemas de todo el mundo, pero no encuentras a nadie que quiera oír lo que te preocupa. También puede ser que no se den cuenta de lo poco apoyado que te sientes.
Cuando sus vibraciones negativas te deprimen, es señal de que estás dando demasiado. Y es hora de trazar la línea y establecer límites claros.
15) Ya no tienes tiempo para ti mismo
Empiezas a perder de vista tus deseos, necesidades y sueños. Te has centrado tanto en la vida de los demás que estás descuidando la tuya propia.
Parece que tienes demasiadas responsabilidades sobre los hombros y ya no te consideras una prioridad.
No es sano dar demasiado cuando eso te está frenando en tu vida.
La persona más importante de tu vida siempre debes ser tú mismo, y no la persona que te rodea.
Esta vez tienes que quererte a ti mismo.
No esperes a llegar al punto en que ya no puedas más. Es hora de darte un respiro: encuentra tiempo para hacer cosas que te apetezcan.
¿Dar demasiado y no recibir nada a cambio? Esto es lo que hay que hacer
Cuando se experimenta el agotamiento de la generosidad al no obtener nada a cambio, es hora de dejar de dar demasiado a los demás.
¡Di que no!
No te sientas incómodo ni culpable cuando digas que no. No tienes que complacer a la gente ni preocuparte más por ellos que por ti mismo.
Ayudar de la manera correcta
Ayuda a quien lo necesite y a quien se esfuerce por hacerlo por sí mismo. Nunca ofrezcas ayuda cuando sepas que a alguien le da pereza hacerlo por sí mismo.
No tengas miedo de pedirlo cuando lo necesites
Permite que te ayuden. Quienes te valoran te ofrecerán ayuda a cambio.
Sé generoso con los que lo aprecian
No tienes por qué dejar de dar a quienes no te dan por sentado. Hay alguien ahí fuera que aprecia y valora todo lo que has hecho.
Reconocer los sentimientos de resentimiento y malestar
Sentirse así significa que algo va mal. Pregúntate por qué te sientes así. Habla con la persona sobre cómo te sientes.
Busca formas de aumentar tu autoestima
Sé más compasivo y acéptate más a ti mismo. Cambia tu forma de hablar y de verte. Sé consciente de que eres digno y valioso.
Sea un donante proactivo
Deja de ser reactivo provocando siempre las necesidades y demandas de los demás. Da y ayuda en tus términos y límites. Encontrarás más placer en ello.
Saber que eres digno
Eres desinteresado, generoso, compasivo y cariñoso. Celebra tu corazón dadivoso.
No ignores tus sentimientos
Si estás agotado física y mentalmente, dedícate más tiempo a ti mismo. No lo ignores ni digas que te parece bien dar demasiado. Es hora de que te centres en tus necesidades.
Empezar a establecer límites
Es hora de romper viejos patrones de ser demasiado generoso como forma de obtener su aprobación. No tengas miedo de poner límites cuando des y ayudes a los demás. Y cíñete a los límites que hayas decidido.
Comunique su situación
Algunas personas no entenderán cómo te sientes a menos que se lo expliques. Los que de verdad se preocupan entenderían si te sientes estresado, agotado o dado por sentado.
Sepa que el poder está en sus manos
Ten esto en cuenta: tu vida es tu responsabilidad y tú estás a cargo de ella. Si no te gusta cómo van las cosas, tienes cómo cambiarlas.
Da tu única cosa verdadera
No tienes por qué renunciar a dar.
Dar lo que se puede y lo que se tiene es bueno, pero no hay que dejarse llevar por el descontrol, pues comprometería tu naturaleza generosa y tu cordura.
Ten esto en cuenta: quererte a ti mismo no es nada egoísta. Valórate a ti mismo, tu tiempo, tu energía y tu corazón.
Es hora de darte lo mejor. Te lo mereces.
Tienes que hacer algo para recuperar el control sobre tu cuerpo y tu mente.
Cuando necesité aumentar mi paz interior, probé el increíble vídeo gratuito de respiración de Rudá, y los resultados fueron increíbles.
Estoy segura de que esta técnica de respiración única te ayudará a potenciar tus emociones para que puedas parar, restablecer y volver a conectar contigo mismo. Al hacerlo, también crearás relaciones más felices con los demás.
Y esa es la razón por la que siempre recomiendo el vídeo gratuito de respiración de Rudá.
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