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Seamos sinceros: el mundo está lleno de gilipollas. No importa cuál sea tu trabajo o dónde vivas, es innegable que estarás rodeado de al menos unos cuantos gilipollas.
La cuestión principal es qué hacer al respecto.
En este artículo hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre cómo tratar a los gilipollas.
Estos 15 consejos serán el plan que necesitas para sobrevivir a los gilipollas de tu vida.
Antes de entrar en cómo tratar con ellos, repasemos 5 rasgos comunes de un gilipollas.
5 rasgos comunes de un gilipollas
1) Todo gira en torno a ellos
El comportamiento: Algunas personas son maestras a la hora de hilar situaciones o discusiones para hablar de sí mismas o interponerse en ellas.
Si se han alejado demasiado de los focos durante demasiado tiempo, tienen que hacer lo necesario para que vuelvan a ellos.
Acabas por no querer interactuar nunca con ellos, porque sabes que te van a atar a una historia interminable sobre su fin de semana, sus ideas, sus pensamientos y cualquier otra cosa que esté pasando en sus vidas.
Por qué lo hacen: Estas personas no son necesariamente crueles; sólo son ligeramente inmaduras en su crecimiento personal.
Están demasiado acostumbrados a la atención descarada y les cuesta pensar en los demás. En el peor de los casos, todos los que les rodean simplemente existen para realzar su centralidad en el universo.
2) Son verbalmente tóxicos
El comportamiento: Siempre tendrán algo que decir sobre todos y sobre todo.
Chismorrear, culpar, quejarse y traspasar la responsabilidad al siguiente candidato más probable es su agenda diaria. En pocas palabras, no saben cuándo callarse.
Si a alguien del equipo o del lugar de trabajo le ocurre algo sin importancia, les encanta ser los encargados de dar la noticia a todos los que puedan estar interesados.
Y si la noticia no es lo suficientemente interesante como para valerse por sí misma, ficcionan partes de ella para hacerla más interesante.
Por qué lo hacen: Este rasgo está relacionado con el primero que comentamos: no soportan no ser el centro de atención.
Pero en lugar de hacer que la situación gire en torno a ellos mismos, se interponen siendo el poeta ambulante que distribuye la historia.
Al autoproclamarse narradores oficiales de su entorno, se convierten en los principales controladores de lo que la gente sabe.
3) Se pintan a sí mismos como víctimas
El comportamiento: No puedes decirles nada, porque siempre tienen una razón para su comportamiento poco encantador.
En el momento en que intentas llamarles la atención por cualquier cosa, estallan en emociones y se disculpan profusamente mientras se dan una docena de excusas diferentes por sus acciones.
Tal vez nunca se criaron en un hogar afectuoso, o tienen inseguridades desde la infancia, o padecen un trastorno mental o una enfermedad increíblemente rara que les obliga a ser de una determinada manera.
Por qué lo hacen: En la mayoría de los casos, se trata de un ejemplo de desviación.
Mientras que algunos son conscientes de lo que hacen, hay muchos otros casos que simplemente han adoptado y llevado este mecanismo de defensa desde la infancia, y ahora piensan que su comportamiento es normal cuando son adultos.
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4) No se dan cuenta de lo obvio
El comportamiento: Cuando conoces a un gilipollas, tienes que recordar que no eres el único que se siente así. Lo más probable es que una persona que es gilipollas contigo también lo sea con todos los que la rodean.
Sus vidas están llenas de interacciones con personas que, de forma sutil y cuidadosa, intentan acercarse a ellos para hablarles de su difícil comportamiento -caras de disgusto de sus compañeros de trabajo, suspiros de sus familias, malas miradas de extraños en la acera-, pero pase lo que pase, ninguna de estas sutiles insinuaciones es suficiente para ellos.
No se dan cuenta de nada y siguen con su comportamiento.
Por qué lo hacen: Hay dos causas comunes de este olvido: la simple inconsciencia y la abundancia de orgullo.
Algunas personas simplemente no son conscientes de las miradas y las sutiles insinuaciones; tienen dificultades para leer las señales y, por tanto, nunca se dan cuenta de los inconvenientes que ocasionan en la vida de los demás.
Otros son demasiado orgullosos para ceder y lo ven como una forma de defenderse.
En desea a las personas que se enfrenten a ellos directamente porque, de lo contrario, seguirán actuando y maltratando a quienes les rodean.
5) Lo cuentan todo
El comportamiento: Nunca conseguirás que un gilipollas haga algo por ti sin que te avise de lo que ha hecho. Si les pides que hagan algo más allá de sus tareas normales esperadas, se asegurarán de que pagues por ello.
Te recordarán una y otra vez su favor, asegurándose de que encuentres alguna forma de igualarles.
Por qué lo hacen: Todo se reduce a estar demasiado ensimismado. Cuanto más ensimismada está la persona, más egoísta es.
Cada minuto que dedican a un objetivo que no está directamente relacionado con sus propios intereses es un minuto que viven angustiados (o, como mínimo, molestos). Quieren que su tiempo les sea devuelto de un modo u otro.
Cómo tratar a los gilipollas: 15 consejos sin tonterías
1) Reconoce los rasgos que te convierten en presa fácil
Para empezar, tienes que averiguar por qué se dirigen a ti.
Según Peg Streep en Psychology Today:
"Utiliza el procesamiento frío para pensar en las interacciones que has tenido con la persona que te hace infeliz -centrándote en por qué te sentías como te sentías, no en lo que sentías- y observa si puedes discernir un patrón."
¿Tienes necesidad de agradar o temes causar el más mínimo conflicto?
Dé un paso atrás y considere las interacciones que ha tenido centrándose en lo que hizo, pero no en lo que sintió, y vea si puede encontrar un patrón.
Una vez que encuentres un patrón, podrás ser más consciente de qué comportamientos hacen que esa persona se aproveche de ti.
Ten en cuenta que evaluar qué rasgos provocan el maltrato hacia ti no significa que tú tengas la culpa. Ellos siguen teniendo la culpa, pero esto te ayudará a evitar que se dirijan a ti en el futuro.
2) Aceptar que puede llevar algún tiempo deshacerse de ellos.
Para algunos, deshacerse de un gilipollas en su vida va a llevar algún tiempo.
Esto es especialmente cierto si el gilipollas es cercano a ti, vive en tu casa o está de alguna manera a cargo de tu situación financiera, por ejemplo, un jefe tóxico.
Sin embargo, si ya sabes que es un gilipollas, esto puede ayudarte a protegerte.
Según Elizabeth Scott, MS en Very Well Mind:
"Saber que puedes estar tratando con alguien que podría hacerte daño y tener cierta preocupación por ti mismo en esta situación puede ayudarte a protegerte del dolor que puede causar un narcisista maligno, al menos hasta cierto punto".
Puede que necesites planificar cómo vas a iniciar el proceso y qué esperas conseguir eliminándolos de tu vida.
Este es también un paso crucial porque tendrás que analizar tu propia toxicidad y determinar si la estás proyectando en otra persona.
Sé honesto sobre dónde estás y por qué esto es un problema para ti y estarás en una mejor posición para empezar a eliminarlos de tu vida.
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3) Explore su reactividad
Una vez más, sin asumir la culpa de la dinámica, deberías analizar cómo reaccionas de forma exagerada y de forma insuficiente en la relación.
Por ejemplo, si te enfrentas a un acosador, no reaccionar de forma adecuada le da permiso para seguir acosándote.
Además, las personas que se ponen ansiosas con facilidad tienden a reaccionar de forma exagerada cuando una relación se va al traste, lo que sólo da a los narcisistas más poder para seguir jugando contigo.
Un artículo publicado en Psychology Today explica por qué:
"Cuanto más nos acercamos a un individuo tóxico -cuanto más sabe de nosotros, cuanto más apego emocional le cogemos, cuanto más le dejamos entrar en nuestra vida-, más daño puede hacernos. Sencillamente, tiene más información con la que manipular o violentar".
Intenta no reaccionar emocionalmente ante ellos. Los gilipollas no merecen eso, de todos modos.
Sé claro, conciso, directo, lógico y no te apegues a nada de lo que digan.
(Para aprender a ser mentalmente fuerte frente a gilipollas y gente tóxica, consulta mi eBook sobre el arte de la resiliencia aquí).
4) Respira hondo
Cuando tratas con un gilipollas, tienes que mantener la calma. Pero lo entiendo. Es más fácil decirlo que hacerlo.
Por eso te recomiendo que te pongas en contacto con tu respiración.
Controlar la respiración no sólo te ayudará a calmarte, sino que te permitirá mantener la concentración y la claridad.
Exactamente lo que necesitas cuando te enfrentas a un idiota.
Entonces, ¿qué uso?
Este excelente flujo respiratorio, creado por el chamán Rudá Iandê.
Pero antes de seguir, ¿por qué te hablo de esto?
Soy partidaria de compartir, quiero que los demás se sientan tan capacitados como yo y, si a mí me ha funcionado, a ti también puede ayudarte.
En segundo lugar, Rudá no se ha limitado a crear un ejercicio de respiración estándar, sino que ha combinado inteligentemente sus muchos años de práctica de la respiración y el chamanismo para crear este increíble flujo, en el que se puede participar de forma gratuita.
No quiero contarte demasiado porque tienes que experimentarlo por ti mismo.
Lo único que puedo decir es que, después de haberlo practicado varias veces, he notado la diferencia en mi forma de interactuar con los demás.
Permanezco más tranquilo, frío y sereno, independientemente de lo tensa o frustrada que sea la situación.
Así que, si quieres empoderarte usando sólo tu respiración, te recomiendo que veas el vídeo gratuito de respiración de Rudá. Puede que no seas capaz de evitar a los gilipollas por completo, pero sin duda te ayudará a manejarlos.
Aquí tienes de nuevo el enlace al vídeo gratuito.
5) Confíe en su instinto
Algunas personas permanecen en una relación dañina porque no confían en sí mismas o en su juicio.
Historias relacionadas de Hackspirit:
Tiendes a racionalizar su comportamiento tóxico o a darle a la persona el beneficio de la duda.
Pero llega un momento en que ya es suficiente. Si te están afectando emocionalmente y empeorando tu vida, es hora de tomar partido.
El Dr. Gary Brown, experto en relaciones sentimentales, ofrece un gran consejo en Bustle:
"Aunque nuestro instinto suele tener razón, hay veces que no... Hay un viejo refrán que dice así: 'Sigue a tu corazón'. Yo añadiría lo siguiente: "Sigue a tu corazón Y lleva contigo a tu cerebro para que te ayude a ejercer algo de razón"".
Si te encuentras continuamente poniendo excusas a alguien, detente y pregúntale a tu instinto mientras llevas contigo a tu cerebro.
La vida es un don precioso. No dejes que otros gilipollas te lo arruinen.
6) La palabra "no" es tu nueva mejor amiga
Lo más probable es que el gilipollas de tu vida no se haya colado en tu vida sin tu permiso.
Lo más probable es que lentamente, y poco a poco, se abrieran paso en tu vida y rompieran tus límites y no estén yendo a toda pastilla por tu vida y haciéndola miserable.
Por eso tienes que ser asertivo y directo. Margarita Tartakovsky, M.S. en Psych Central ofrece algunos consejos estupendos sobre cómo ser más asertivo cuando hablas con un gilipollas:
"Dile a la persona cómo te sientes de forma asertiva. Utiliza afirmaciones con "yo". Por ejemplo: "Cuando actúas/haces/dices _____, me siento _____. Lo que necesito es _______. La razón por la que comparto mis sentimientos y necesidades contigo es_______ (porque te quiero, quiero construir una relación sana contigo, etc.)".
Es posible que te resulte difícil decirles que no. Quizás son frágiles y lo ves, o ves que no tienen a nadie más y te sientes mal por la situación en la que se encuentran.
Para ahora mismo.
La forma más fácil de apartar a un gilipollas de tu vida es aprender a dirigir y a utilizar la palabra "no" siempre que sea posible. Mantenlos a distancia no dejándoles entrar en tu reino.
7) Cuidado con la falacia del coste hundido
¿Qué te retiene en esta relación?
Según Peg Streep en Psychology Today:
"Como demuestran los trabajos de Daniel Kahneman y Amos Twersky, los seres humanos son famosos por su aversión a las pérdidas y prefieren aferrarse a lo que tienen a corto plazo, aunque renunciar a un poco les permita obtener más a largo plazo."
Además, el ser humano prefiere lo conocido a lo desconocido. Téngalo en cuenta y piense que una pérdida a corto plazo puede suponer una ganancia a largo plazo.
8) Reconocer el poder del refuerzo intermitente
A pesar de lo que puedas pensar, los humanos somos demasiado optimistas. Tendemos a ver una derrota ajustada como una "casi victoria". Esto es lo que mantiene a la gente en las máquinas tragaperras.
La evolución lo explica.
En nuestra época de cazadores-recolectores, cuando los retos de la vida eran sobre todo físicos, mantener el ánimo suficiente para seguir adelante y convertir la casi victoria en una victoria real era algo positivo.
Roberta Satow Ph.D. explica cómo podemos estar en el lado equivocado del refuerzo intermitente:
"Muchos de nosotros hemos estado en el lado equivocado del refuerzo intermitente -aspirando a las migajas que a veces conseguimos y a veces no-, esperando que esta vez lo consigamos".
Por eso, en las relaciones tóxicas, nos sentimos motivados para aguantar, aunque sólo consigamos lo que queremos una parte del tiempo.
"De vez en cuando" no constituye un patrón y debes tenerlo en cuenta.
De hecho, los narcisistas son muy hábiles en lo que se denomina "bombardeo amoroso". Según Psychology Today, el bombardeo amoroso es la práctica de "abrumar a alguien con signos de adoración y atracción... diseñados para manipularle para que pase más tiempo con el bombardero".
Ver también: Test de las llamas gemelas: 19 preguntas para saber si es tu verdadera llama gemelaAnalice su vida a lo largo de un mes y pregúntese si realmente le aportan algo.
Si no es así, hay que plantearse cómo verlos menos o, si es necesario, no verlos en absoluto.
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9) Ignora sus redes sociales
Hagas lo que hagas, no te tortures en las redes sociales siguiendo cada uno de sus movimientos. A los gilipollas les encanta subirse a Internet para hacer saber al resto del mundo lo mucho que apestan las cosas o la razón que tienen sobre ellas.
Como señala Amanda McKelvey en MSN, tienes que estar dispuesto a dar el primer paso para mejorar tu ambiente en las redes sociales:
"Las redes sociales no tienen por qué ser el lugar tóxico que todo el mundo dice que son, pero hay que estar dispuesto a dar el primer paso para que lo sean".
Es una situación difícil porque lo más probable es que el gilipollas te pregunte constantemente "¿has visto mi post?" y querrá una respuesta.
Un rápido "Lo siento, estaba muy ocupado" es todo lo que necesitas para responder.
Si quieres llevar las cosas al siguiente nivel, puedes ser muy claro sobre por qué no les sigues en las redes sociales y tantear la conversación para ver si están dispuestos a hacer las paces.
10) No pierdas el tiempo intentando decirte lo contrario
Lo que pasa con los gilipollas es que no quieren tu ayuda, no quieren aprender más, hacerlo mejor, ser diferentes.
Quieren que todo el mundo a su alrededor les aguante y se adapte a ellos.
Es una situación imposible y puedes apostar a que es una situación que no puedes mejorar.
De todos modos, intentar arreglarlas no tendrá éxito, según Elizabeth Scott, MS en Very Well Mind:
"No intentes cambiarlos y no esperes que cambien o te llevarás una decepción".
Estas personas, por muy listas y astutas que sean, sólo son negativas y buscan problemas.
No ven cómo hacen daño a los demás y seguirán haciéndolo porque, de algún modo enfermizo, les hace sentir bien.
O al menos, no les hace sentirse peor consigo mismos.
11) Crear distancia (si puede)
Siempre que sea posible, distánciate de ellos. Si están en el trabajo, almuerza a otra hora o en otro espacio.
De hecho, una gran estrategia a adoptar es la "técnica de la roca gris".
En pocas palabras, el método Gray Rock promueve la integración.
Si observamos el suelo, no solemos ver las rocas tal como son: vemos la tierra, las rocas y la hierba como un conjunto.
Cuando nos enfrentamos a narcisistas y personas tóxicas, tienden a verlo todo.
El método Gray Rock te da la opción de pasar desapercibido para que dejes de ser un objetivo para esa persona.
Live Strong dice que el método Gray Rock implica permanecer emocionalmente insensible:
"Se trata de ser lo más aburrido, antirreactivo y anodino posible, como una roca gris... Y lo que es más importante, no responder emocionalmente a sus empujones".
Si no puedes apartarlos completamente de tu vida, intenta separarte de ellos todo lo posible.
No cambies drásticamente tu vida como para no poder disfrutar más en el trabajo, pero ten cuidado con lo que sientes y lo que sacas en limpio de las conversaciones que mantienes con esta persona.
Puede que sea más fácil comer en tu coche unos días a la semana que intentar aguantar sus gilipolleces un día más en el comedor.
Si esta persona vive en tu casa, al final tendrás que sentarte y tener una conversación seria con ella, pero si la situación es temporal, mantén las distancias, llena tu agenda de cosas que te apetezca hacer en lugar de escuchar cómo se queja de la vida, y espera a que pase.
12) Vigila esos límites o planifica una estrategia de salida
Si el gilipollas es alguien a quien no puedes evitar, tienes que poner límites al tipo de comportamiento y contacto que vas a tener.
No hace falta ser grosero, pero sí firme y decidido.
A un compañero de trabajo podrías decirle: "Me parecen bien las críticas, pero mi sobrepeso no tiene nada que ver con mi rendimiento".
Poner fin a la relación puede ser difícil, dice Jodie Gale, MA, psicoterapeuta y coach de vida en Sydney, Australia, pero puede valer la pena:
"En última instancia, sin embargo, habrás creado espacio para relaciones mucho más sanas y nutritivas en tu vida".
13) Anticiparse a las represalias
Es probable que el gilipollas se esté beneficiando de alguna manera de su forma de actuar contigo.
Una vez que pongas límites, lo más probable es que redoblen sus esfuerzos por seguir manipulando para ganar la partida.
Mantente firme, fuerte y directo. No dejes que te manipulen emocionalmente. Lo que digan no debe tener ningún peso.
Si ha establecido poco contacto, manténgalo así.
Ver también: 10 señales de que eres una mujer asertiva y los hombres te encuentran intimidanteEn Mind Body Green, Annice Star, que mantenía una relación con un narcisista, decidió volver a ver a su pareja meses después de romper. He aquí por qué fue una mala idea:
"Lo que sí me sorprendió, sin embargo, fue lo fácil que me volví a escabullir, a buscarle esto y lo otro, a pasar de puntillas, a ser blanda, a racionalizar, incluso a mentir... lo que se te ocurra, lo hice. En la primera hora, perdí todo lo que creía haber conseguido en los meses transcurridos desde nuestra ruptura."
14) No normalices los comportamientos abusivos
Esto es importante. Si te han tratado mal durante un tiempo, es probable que hayan racionalizado su comportamiento, según Peg Streep:
"Es posible que te hayan degradado, marginado o desestimado a ti o a otros miembros de la familia y luego hayan racionalizado su comportamiento diciendo: "Son sólo palabras"; negando que las hayan dicho".
La conclusión es que el abuso emocional o verbal nunca está bien.
Si te parece bien, o reaccionas a ello (que es lo que buscan), seguirán haciéndolo.
Así que no reacciones emocionalmente, explícales racionalmente por qué se equivocan y sigue con tu día sin que te afecte.
Cuando sepan que eres un blanco difícil para conseguir una reacción, acabarán desistiendo.
15) Despídete
En algunos casos, tendrás que hacer de tripas corazón y dejar que esa persona desaparezca de tu vida, lo cual puede ser más fácil de decir que de hacer, porque los gilipollas suelen quedarse.
Ya lo hemos dicho antes, pero las personas tóxicas y los gilipollas pueden ser muy narcisistas, y eso puede ser difícil de cambiar.
Según la psicóloga clínica licenciada Dianne Grande, Ph.D., un narcisista "sólo cambiará si sirve a su propósito".
Pero si les dejas perfectamente claro que no quieres esa toxicidad en tu vida, puede que se ofendan tanto que se larguen de todos modos y hagan el trabajo de largarse de tu vida para que tú no tengas que hacerlo.
Así que ahórrate problemas y da prioridad a tu propia felicidad y cordura. En muchos casos, puede que no tengas elección, así que cuando la tengas, sal de ahí ya.
No va a ser fácil, pero será gratificante.
Quién sabe, a lo mejor te resulta fácil. Puede que te sientas bien diciéndole a alguien que no te gusta su actitud y que te mereces algo mejor en tu vida.
Lo que te parezca bien, hazlo. Pero hagas lo que hagas, no sigas viviendo en un caparazón por la forma que tiene esta persona de hacerte sentir pequeño en tu propia vida. No merece la pena.
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